Presentación en la sede de la Asociación Vecinal Valle Inclán Prosperidad de “919 días. Sí se podía” el libro que Carlos Sánchez Mato ha escrito junto al que fue su asesor en el Ayuntamiento de Madrid, Eduardo Garzón. No era la primera vez que Sánchez Mato venía a Cardenal Silíceo. Las primeras veces, como miembro de ATTAC. La última, como Concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Madrid pocos días antes de su cese.

Durante la presentación Carlos, con su entusiasmo contagioso, resumió las medidas que fueron planteando, con los mimbres disponibles, él y su reducido equipo para lograr que el Ayuntamiento se pusiera al servicio de la mayoría.

Se propusieron recaudar más para poder cubrir las necesidades y derechos que había que satisfacer. Redujeron gastos improductivos, como los alquileres de edificios previamente vendidos por el Ayuntamiento, mediante su recompra, como los contratos con las agencias de calificación o las facturas de la luz. Cortaron con la dilapidación de recursos públicos a través de empresas contratadas que teóricamente iban a proporcionar el software necesario para la gestión del sistema informático, pero que resultó ser un pozo sin fondo.

Bajaron impuestos a los que más lo necesitaban, pero subieron el IBI a las grandes superficies, a los grandes hoteles de lujo, al Bernabéu, cobraron tasas a los bancos por ocupar el espacio público con los cajeros automáticos, y pusieron coto a delirios tales como la transferencia del Estadio de la Peineta al Atlético de Madrid a cambio de ¡entradas para los partidos!. Aumentaron los impuestos a los vehículos de alta gama, y subieron tasas a las terrazas de los establecimientos de las calles más importantes, mientras que los bajaron en zonas menos comerciales.

Una de las actuaciones menos conocidas fue la actuación sobre los precios públicos de las escuelas infantiles. Se creó una red municipal propia. Aunque la mayoría de las escuelas son de gestión indirecta, se logró un vuelco fundamental en su gestión, mediante la modificación de las condiciones de contratación. El precio dejó de ser el determinante en la adjudicación del servicio. Se pusieron por delante méritos como la calidad educativa, y cláusulas sociales relativas a la estabilidad en el empleo o la formación de los enseñantes. Se fijaron nuevos precios públicos trnirndo en cuenta la renta de las madres y los padres.

Remunicipalizaron hasta donde pudieron. Empezaron con la funeraria, que inmediatamente empezó a generar beneficios a la vez que mejoraba su servicio. También lo lograron con Bicimad, o el teleférico. Y rescataron aparcamientos públicos a medida que las concesiones iban caducando. Por el aparcamiento de Montalbán, el Ayuntamiento pasó de ingresar 8.106€ al año a 658.000€.

El panorama que encontraron era, y sigue siendo, desolador. Descubrieron que la tercera parte del gasto total municipal estaba comprometido con el pago de contratos con grandes empresas. 1024 contratos. Los efectos sociales de haber conseguido la gestión directa de los servicios externalizados habrían sido espectaculares. Tanto en lo que se refiere al incremento del empleo como al abaratamiento de los costes. Pero no se quiso remunicipalizar la recogida de basuras, ni la limpieza de las calles, ni la asistencia domiciliaria, ni, ni, ni….

Aquí llegamos a la confluencia de los intereses de los beneficiados por estas externalizaciones con las trabas internas y el fuego amigo, a las medidas propuestas.

Hicieron muchas cosas, que no llegaron a difundirse, deliberadamente, porque el objetivo era mantener un perfil bajo que no llamara la atención. Una decisión lamentable y profundamente errónea. Los perjudicados por las medidas bien que se enteraron. Pero la mayoría, que eran los beneficiarios directos, no lo supieron.

El ministro Montoro sabía que el éxito de la gestión económica del Ayuntamiento del cambio era una bomba de relojería para los intereses del Partido Popular y sus amigos. Y no se anduvo con miramientos. Desde el principio enfiló toda su artillería hacia Carlos Sánchez Mato y su equipo. Lo inesperado fue que Montoro contó con apoyos cruciales, en el mejor de los casos, achacables a pusilánimes, desde la misma Alcaldía y de sus colaboradores más estrechos. En esta melé no faltó ni Villarejo, el perejil de todas las salsas. La mayoría del equipo de gobierno bajó la cabeza, y solo una minoría de concejales “díscolos” que pretendían cumplir con el programa por el que fueron elegidos, mantuvieron su apoyo al Concejal de Hacienda. Luego fueron las elecciones municipales y todos sabemos lo que pasó.

El libro es un magnífico índice de las cosas que requieren una actuación decidida de los ciudadanos.

El capítulo Investigando el saqueo del PP: Auditoría Ciudadana de la Deuda y las Políticas públicas es, en mi opinión, la parte crucial del libro.

La Auditoría de la Deuda era uno de los compromisos electorales de Ahora Madrid. Su objetivo no era no pagar la deuda, sino investigar qué se ha hecho con los recursos públicos y qué consecuencias ha tenido esa utilización.

Se inició un proceso con una transparencia y rigor ejemplares. En marzo de 2017 se publicó un informe preliminar. Una nota a pie de la página 195 proporciona el enlace a la web del Ayuntamiento.

No la busquen: ha sido borrada. El proceso se paralizó tras el cese. Las conclusiones finales nunca se han publicado.

Por el momento está a nuestra disposición la lista de pufos que se fueron descubriendo y que enumero copiando el título elocuente de los epígrafes.

  • Madrid Calle 30: un expolio más grande que el ego de Gallardón.
  • Operación Chamartín: otra vez gana la banca.
  • Gestión de la deuda y tesorería. Swaps: otro fracaso de los buenos gestores. La morosidad como seña de identidad de la gestión del PP: Plan de Pago a los Proveedores
  • Madrid Olímpico: un pozo sin fondo.
  • Madrid Espacios y Congresos: Cómo gestionan lo público quienes no creen en lo público. Centro de Deportes Acuáticos: un esqueleto carísimo y Edificio Montera 25-27: una venta ruinosa, Mercamadrid, el Centro Internacional de Convenciones, que ha terminado siendo la quinta torre, la de Villar Mir, el edificio APOT, sede de la Concejalía de Urbanismo,la Caja Mágica, la desaparición de obras de arte,
  • Sentencias de Expropiación y puertas giratorias
  • Empresa Municipal de la Vivienda: un saqueo propio del Dioni
  • Un contrato burdamente inflado: el alumbrado público
  • El Open de Tenis: deporte de elite alimentado con dinero público
  • Una organización criminal saquea las Administraciones Públicas: la trama Púnica
  • El cole de Gallardón
  • Irregularidades en la contratación de Madrid Destino
  • Las caballerizas que nunca vieron la luz
  • Eventos a un millón
  • Exenciones en el IBI a la Iglesia: un trato (más) a favor
  • No podía faltar Lehman Brothers
  • Los bares de la Policía Municipal
  • El cañón de la Legión Cóndor

La lista es demasiado larga para un artículo. Pero significativa para entender por qué Carlos Sánchez Mato fué cesado. Pisó muchos callos. Y quien pudo defenderle, agachó la cabeza.

Las consecuencias negativas para Madrid se revelan cada día.

Esta misma semana hemos podido leer en eldiario.es que se han interrumpido las inspecciones relativas a la seguridad en la Calle 30. La sucesora de Samuel Romero en la dirección de Madrid Calle 30 ha decidido perdonar a Florentino Pérez (ACS) y a Ferrovial un gasto más.

Frente a este panorama solo queda una salida a los ciudadanos: estar atentos y denunciar.

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