• Una Ruta teatralizada y una exposición sobre su compromiso con la escuela pública renovadora reunieron a más de 200 personas, incluido un nieto y un bisnieto del educador

Más de doscientas personas, entre ellas un nieto y un bisnieto del educador asesinado por franquistas tras el golpe militar de 1936, participaron en la Ruta teatralizada «Manuel Alonso Zapata, un maestro de La Prospe» y en la inauguración de la Exposición «Manuel Alonso Zapata y la Cooperativa Obrera de Viviendas Baratas: un maestro y un barrio en su tiempo».

Ambas iniciativas fueron organizadas por la Asociación de Vecinos Colonia Obrera, la Asociación de Vecinos Valle Inclán, la Escuela Popular de La Prospe, la Fundación Ángel Llorca y la Plataforma Calles Dignas–Justa Freire, que reivindicaban así la figura y la memoria de un maestro pionero en la defensa de la renovación pedagógica, la autonomía de la infancia, el asociacionismo de enseñantes y los derechos de la clase trabajadora. Un auténtico símbolo, en definitiva, de una escuela pública renovadora.

Su detención y fusilamiento tras el golpe de estado del 18 de julio de 1936 truncó de raíz su destacada trayectoria como docente, que le hizo participar en la refundación en 1919 de la Asociación General de Maestros creada en 1912, ser secretario de la sección de Pedagogía del Ateneo de Madrid en 1921-1923, y dirigir desde 1931 grandes grupos escolares de Madrid. Una tarea que compaginó con otros compromisos sindicales y políticos, como su participación en 1931 en la creación de FETE-UGT, de la que fue secretario general, y su elección en 1933 como diputado a Cortes por el PSOE.

Pero nunca abandonó el trabajo docente, que compatibilizó con todas esas responsabilidades. De hecho, formó parte de una auténtica saga de maestros: lo fueron su padre y sus hermanos Encarnación y José, su esposa Gertrudis Granados y sus hijos Elisa y Manuel.

Sociedad civil contra el abuso

La Ruta y la Exposición son la respuesta de la sociedad civil al ataque de la Junta Municipal del Distrito de Chamartín presidida por Yolanda Estrada (PP), que en noviembre de 2023 retiró, por iniciativa propia, las dos placas que desde enero de 2017 recordaban a Manuel Alonso Zapata en el Centro Cultural Nicolás Salmerón: una que daba su nombre al Salón de Actos, y otra con una breve reseña biográfica del educador, remarcada con un homenaje “a todos los maestros que lucharon por una educación libre”.

El edificio del actual CC Nicolás Salmerón albergó el Grupo Escolar del mismo nombre, que Manuel Alonso Zapata dirigió en 1933 tras ganar la correspondiente oposición. Por eso la Fundación Ángel Llorca propuso reconocer la labor del pedagogo en ese lugar, idea que fue recogida en 2017 por Mauricio Valiente (entonces concejal-presidente del distrito y encargado de los asuntos de memoria democrática en el Ayuntamiento de Manuela Carmena), y que se tradujo en la colocación de ambas placas.

La Ruta «Manuel Alonso Zapata, un maestro de La Prospe» sirvió para reivindicar la memoria de este excepcional profesor del primer tercio del siglo veinte, que puso toda su capacidad docente al servicio de la educación pública y popular. Y también para homenajear a la amplia lista de maestros y maestras víctimas del franquismo, que desde el primer momento consideró la educación laica como un objetivo a batir, con vistas a implantar una escuela basada en la moral católica y en las ideas ultraconservadoras del régimen.

Paseo reivindicativo

La Ruta, que recorrió dos kilómetros, se inició en el monumento a Julián Besteiro en la calle Doctor Arce 31, donde se escenificó el tenso debate sobre educación que en 1931 mantuvieron el socialista Rodolfo Llopis y el derechista José María Gil-Robles y que Besteiro, presidente de las Cortes Constituyentes, se esforzó por moderar con respeto y responsabilidad.

A su paso por el CC Nicolás Salmerón, el protagonismo de la Ruta teatralizada correspondió primero al arquitecto municipal que diseñó el grupo escolar del mismo nombre, Bernardo Giner de los Ríos. Y después, en sucesivos saltos temporales, a la concejala-presidenta de la Junta de Chamartín –que pretendió justificar la retirada de la placa a Manuel Alonso Zapata con la colocación de otra a Ramón Menéndez Pidal y María Goyri–, y a este matrimonio de gran prestigio intelectual, que rechazó allí mismo cualquier reconocimiento en sustitución del que merece el maestro y exdirector del Salmerón: «¡No en nuestro nombre!», protestaron. También intervino una representante vecinal, que destacó el valor de la educación y anunció el deseo de las organizaciones convocantes de erigir un monumento a Alonso Zapata por suscripción popular.

Al llegar al CEIP Padre Poveda, el antiguo Grupo Escolar Alfredo Calderón que dirigió Justa Freire y donde fue maestra Gertrudis Granados, la voz de las docentes se hizo canción con una primera actuación del coro Femenino Plural.  También se leyeron, como en otros momentos de la Ruta, citas del libro «La escuela unitaria: cómo funciona y cómo debe organizarse en los tiempos modernos», publicado por Manuel Alonso Zapata en 1930.

Ya en la Colonia Obrera donde residieron Manuel y Gertrudis y donde se ubicaba la Escuela Laica de la Cooperativa Obrera de Viviendas Baratas, que ya en 1929 practicaba la coeducación, la Ruta se encontró a dos docentes singulares de la época: la maestra de párvulos Manuela Cabrero y el maestro Bernabé Hernández, para quienes la escuela debe ser un lugar de encuentro, respeto, humanidad y vida. Dos importantes incorporaciones a las que se sumaría enseguida Andrés Saborit, otro firme defensor de la igualdad de oportunidades y la escuela pública gratuita, antes de que todo el grupo se acercara hasta la que fue vivienda del matrimonio Alonso-Granados, siempre convencido de que ganar la educación es ganar la democracia y la libertad.

Cultura, testimonio y exposición

La Ruta terminó en el popularmente conocido como El Casinillo, que albergó la Escuela Laica y ahora es sede de la Asociación de Vecinos Colonia Obrera. Y allí la reivindicación se hizo arte con la lectura de tres poemas de Gustavo Adolfo Bécquer, José Moreno Villa y Antonio Rubio, y con la música del Cancionero de la Institución Libre de Enseñanza interpretada por el coro Femenino Plural.

La emoción la puso el testimonio audiovisual de Elisa Alonso Granados, hija de Manuel y Gertrudis, quien desgranó sus recuerdos familiares en una entrevista que le hizo en 2008 la Fundación Ángel Llorca. Y el broche final fue la inauguración de la exposición «Manuel Alonso Zapata y la Cooperativa Obrera de Viviendas Baratas: un maestro y un barrio en su tiempo», que muestra documentos, imágenes y objetos relacionados con su trayectoria vital y docente y con su compromiso compartido con una escuela pública renovadora.

Carlos Díez Hernando, guionista de la Ruta teatralizada, se encargó de leer el comunicado final ante un auditorio lleno. «Además de denunciar este arbitrario memoricidio –dijo–, nos hemos comprometido a rehabilitar la ultrajada memoria de Manuel Alonso Zapata», y esta jornada «es el punto de partida de un proyecto colectivo que no cesará hasta ver cumplido este objetivo» con nuevas «acciones e iniciativas».

«Sólo el pueblo –añadió– puede hacer aquello que los poderes niegan con sus arbitrarias acciones o con sus pasivas inhibiciones. Sólo el pueblo puede recuperar la memoria de quienes, en el pasado, dieron su vida por hacer posible su emancipación». Y recalcó: «Por Manuel y por todas las maestras y maestros que lucharon por una educación libre y sufrieron de diferentes modos las consecuencias de la sublevación cívico militar contra la II República, hoy reclamamos verdad, justicia y reparación».

 

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