Un siglo después de que Valle Inclán, escribiera el esperpento titulado “Luces de Bohemia”, en su encierro por la pandemia de gripe, emergen un siglo después dos mujeres similares a Max Estrella y Don Latino, son: Stela Más y La Latina, ellas recorren los distintos ambientes de Madrid, en este mes de marzo en el que se celebra “el día de la mujer “ y “el día del teatro”.

Las Cloacas

Stela Más y La Latina, están sentadas en un banco de la plaza de la Esperanza, miran, en el móvil, el callejero de Madrid.

Stela.- Con esto no hay quien se aclare Latina, será mejor que profundicemos.

Latina.- ¿A qué te refieres, Stela?

Stela.- A profundizar, Latina, a entrar en materia, a ir al ojo del huracán.

Latina.- Mis neuronas no están operativas, necesitan una manita de lubrificante en las conexiones.

Stela.- Digo, que en este callejero no nos enteramos de nada, los espejos crean esperpentos ilusorios, hay que bajar a las cloacas, allí podremos tener información más creíble.

Latina.- Después del carnaval, lo que vamos a encontrar es mucho desatino, aunque en esta capital no hace falta carnaval para encontrar el desatino.

Stela.- Es que muchos están con el síndrome de Capgras, ya sabes, esa especie de premonición en la que un día te levantas y crees que los que te rodean aparentan ser los que son, pero no lo son, han mutado, solo te engañan pareciendo que son.

Latina.- Me hablas de que tras el batacazo electoral de alguno, se plantea cambiar su sede, aunque poco antes dijo que la sede no era el problema, eran los sobres y su gestión en B, una misma cara dando opiniones contrarias.

Stela.- Más o menos. Te levantas un día y cuentan que la culpa fue del Chachacha, cuando siempre había sido del rock and roll, es decir: que la culpa es del continente y no del contenido en B, y eso te mosquea, piensas que han abducido a alguien.

Latina.- Sí, también te quedas Marirrematada, cuando ves en el mismo noticiario que uno entra en la cárcel por injurias a la corona y acto seguido en un acto que sigue dándose anualmente, a modo de fin de carnavales, te cuentan que los judíos siguen teniendo la culpa de todo. Y poco después, sale de la cárcel alguien que le van a juzgar en diciembre, pero cumple los cuatro años de cárcel en noviembre, por eso lo sueltan en marzo, para que se haga una idea o por no tirar de la cadena.

Stela.- Menos mal que no lo hacen invocando la Ley del Perdón de 1870 de Viernes Santo, para mayor “inri” y violencia espacio temporal.

Entremos en las cloacas, a ver si nos aclaramos.

Latina.- En principio las cloacas, dicen los expertos, que sirven para limpiar, pero aquí no veo nada, aunque huele a vacuna escamoteada, ¿será que se han acumulado los excedentes de vacunados a destiempo o en visitas a papá?

Stela.- Puede que estemos frente a la teoría de las dosis sobrantes y emergentes de las vacunas. Lo que sobra va a las cloacas.

Latina.-Pues lo de las inmatriculaciones no ha sido así; consultorio que sobra, para la buchaca, bosque que no es de nadie, me lo pido… Total, como solo hace falta la firma de un clérigo de alto rango, pues todo queda muy pío y el mundo no dice ni ídem.

Stela.- ¿Y luego qué se hace con la recolección de los edificios inmatriculados?

Latina.- Tras la inmatriculación se almacena y se usa incienso para evitar los malos olores. Ya lo decía esa canción de los Pop Tops: ¡Oh, lord, mi olord!

Stela.- Pillado por los pelos Latina. Yo soy de la opinión que las inmatriculaciones para quien las cuide. Que yo me quedo con una ermita por la patilla de la añeja ley hipotecaria, pues me gasto los euracos que no vayan al IBI y muchos más, en adecentarla, porque la vergüenza torera y enervamiento patriótico me hacen preservar el patrimonio nacional. Pero si encima de quedármela, no contribuyo a la mejora del patrimonio cultural, pues más valiera o valiese que me encerrara en un lavabo, me introdujera en el retrete y luego tirase de la cadena y me diluyera en las cloacas.

Latina.- Vas a tener razón, las inmatriculaciones solo sirven de engorde de las curias. Es como el: ¡…y yo inmatriculo más!

Stela.- Tenemos que hablar con el gobierno para que pida que, con la contra desamortización o inmatriculación, vaya unido el compromiso de mejora de lo inmatriculado y el uso público de ese espacio.

Latina.- ¿Con qué parte del gobierno quieres hablar?

Stela.- Tienes razón, lo mismo por nuestra culpa, culpita, se embroncan más y la vicepresidenta pregunta a los episcopalistas que si lo puede hacer, y la otra vicepresidenta les pide que suelten al Estado los diezmos y primicias que sacan de cobrar a propios y turistas, por ver lo que debería ser de todos los de aquí.

Latina.- Entonces el vicepresidente tendría que dar ruedas de prensa advirtiendo sobre la falta de democracia que hay entre las curias.

Stela.- Casi va a ser mejor que no liemos las cosas y sigamos visitando las cloacas.

Latina.- ¿Y este fluido subterráneo que recorre la infraciudad?

Stela.- Debe tratarse de que me han hecho caso y han tirado de la cadena. Puede que sea el humano líquido, que definió Bouman.

Latina.- Fíjate, desde aquí se ven las raíces asociales, ¡son misérrimas!

Stela.- Cierto, cada raíz grande pertenece a un emporio o corporación, de ellas parten otras más delgadas, los que llaman líderes, directores generales…

Latina.- Ahora entiendo más cosas. Sí hay gobiernos que indultan a la banca privada del pago del crédito por el que el Estado les ha salvado de la quiebra, es porque el partido que sustentaba al gobierno tiene una deuda cuantiosa, impagable…

Stela.- Ya sé de quién me hablas, aunque vendan la sede no alcanzan para pagar lo que deben a la banca. Ambas raíces, las primarias y secundarias se nutren de la misma gente líquida.

De esa forma, el hombre líquido, participa en el elemento que fluye por las cloacas asociales, ya que es el encargado de nutrir las raíces con sus impuestos. Es fácil de entender, ¿o no?

Latina.- Si te das cuenta, el ser líquido no se desborda nunca, en las cloacas no hay riadas.

Stela.- Sí, está todo pensado, el ser líquido solo sirve para proporcionar liquidez a los emporios e instituciones, gracias al pago constante.

Latina.- Eso que llaman chorreo. Ves, ahora lo entiendo mejor.

Stela.- Su función esencial es nutrir las raíces del desarraigo. Está formado por gente dócil, predecible y fiable, como nosotras, que no tienen donde caerse vivas y poder dar su opinión. Mientras se atacaba al 11 M, había un “rato” de dinero blanqueándose.

Latina.- Son los capturados por la propia inercia subcultural. Si lo piensas, en las escuelas, solo se enseña a memorizar pero no a pensar, no es necesario que la gente líquida tenga criterio propio. A mayor criterio personal, menos nutrientes van a parar a las raíces.

Stela.- Totalmente de acuerdo contigo. Si te percatas, hay unas raíces muy finas que son como filamentos, parece que están carentes de función.

Latina.- Serán la prole.

Stela.- No, mujer, la prole solo la tienen los pobres, las raíces son de otro nivel, tendrán en todo caso; descendencia. Pero opino que estos filamentos tan finos son los seres advenedizos, esos que intentan medrar un “rato” largo, juntándose a la raíz principal.

Latina.- Los clásicos “quiero y no puedo”, los chupópteros, las sanguijuelas de segunda. Se nutren de las insignificancias de la raíz principal, no tienen capacidad propia para desarrollarse. ¿Serán como la sanidad, la educación o la justicia, que van a la zaga de lo que les pautan o dejan hacer?

Stela.- Pudiera ser, de ahí emanan las sanidades difusas y sin compromiso, las sentencias incomprensibles a expresidentas y las educaciones donde los educandos solo saben de guerras, sangre, sexo machirulo pornográfico y marginal. Ya que los educan en teorías asociales, en prácticas de comunicación “hat doc” y en hedonismo mendicante. ¿Y cuál está siendo el resultado, monina?

Latina.- Ya. Opino que su hedonismo es sanguinario con un acondicionador de aberración sexual y déficit estructural de resistencia a la coherencia, a la comprensión de filosofías permanentes, mezclado con unos humos de alucine drogataina. Sin más.

Stela.- Opino que no opinas inopinadamente, es más, puede que tu opinión sea certera.

Latina.- ¿Sabes lo que te digo? Que no quiero pertenecer al grupo de gente líquida.

Stela.- Yo tampoco, salgamos de las cloacas y cuidado, lo mismo nos detienen por querer seguir siendo seres sólidos aunque modernos. Volvamos al esperpento de las callejas y la contaminación. Y cuidado, a ver si al salir nos encontramos con una “manifa”, en la que unos dicen que es, por la libertad de otro y los otros decimos que es por ausencia de opciones laborales y de futuro.

Latina.- Volvamos a la Plaza de la Esperanza, allí en la taberna del Sentido Común, a ver si Consuelo, la dueña, nos pone una tapita con el “chato” de vino, que sirva para zurcir este entuerto de futuro incierto que tiene la juventud.

Stela.- Con un “chato” no es suficiente, tomaremos una frasca con una ración de entresijos.

Latina.- ¿En tres hijos?

Stela.- Sí, en tres hijos más parados que los leones de La Cibeles que son los mismos que hay a las puertas del Congreso. Ahí lo dejo.

Dejar una respuesta