Pretendo en este artículo no derivar hacia un pesimismo derrotista sino reflexionar de modo sencillo y positivo sobre el miedo como sentimiento personal y colectivo y como actitud generalizada que va ganando territorio en nuestra sociedad.
La realidad entera está impregnada de ambivalencia. A veces esa realidad se nos presenta en tonos grises, pero otras resplandece y se viste de plenitud.
Estaba yo esperando mis churros en la chocolatería de Montse, el día que se conmemora el dogma de la Ascensión, de la virgen, proclamado por el papa Pío XII en 1950, La Paloma, para los del foro, para Paco, jubilado ascensorista, quien proclamaba que era su santa patrona y para Rogelio el izquierdoso, que proponía que esa ascensión debía de ser más social que otra cosa, en fin, como siempre, cada uno con su tema y su necesidad. Estaba yo en esas cábalas, cuando se me acerca, como un torbellino, …