El pasado sábado 29 de enero la Escuela Popular de la Prospe organizó un acto en la Plaza de Prosperidad para conmemorar el «Día Escolar de la Paz y la No Violencia».

Se invitó a participar a los niños y niñas de los colegios del barrio así como a los colectivos cercanos y a organizaciones pacifistas.

El objetivo era visibilizar la importancia de EDUCAR PARA LA PAZ Y LA CONVIVENCIA ya que hacemos lo que aprendemos.

Los niños y niñas que asistieron nos contaron con alegría los trabajos y dibujos que habían realizado en sus colegios y dibujaron en el suelo de la plaza con tiza símbolos de paz y contra la guerra.

Se dio a conocer el llamado «Nostrolito» a l@s niñ@s y mayores que no lo conocían explicando su historia a modo de cuento con dibujos y descubrimos que había sido un acierto hacerlo de esta manera. Les contamos que el monumento a la paz y la tumba de la guerra original fue diseñado por un niñ@ en un concurso escolar público promovido por la Asociación de Vecinos de Prosperidad entre los colegios del barrio y construido por l@s vecin@s en 1986. Que fue retirado una noche y demolido en 2013 por orden del concejal de Chamartín (PP). A partir de entonces el barrio se movilizó y reclamó su devolución, se consiguió en 2018 (durante el gobierno de AM). El barrio de Prosperidad, a través de la intervención de la infancia manifestada en este monumento, expresó deseos universales de paz.

El grupo de Ciencia de la Escuela expuso un panel con científic@s que contribuyeron a la paz a lo largo de la historia y explicaron sus aportaciones. Las personas que asistieron leyeron poesías. De fondo sonaron las canciones de John Lennon, Imagine y Give Peace a Chance. Hubo paneles donde se podía escribir o dibujar y micro abierto donde vari@s vecin@s hicieron intervenciones que fueron aplaudidas.

Se leyó un Manifiesto en el que se pedía “reflexionar juntas sobre este tema que nos es común e implicarnos como barrio porque la paz se construye cada día y es una responsabilidad individual y colectiva. Es necesario comprometernos y tejer redes vecinales, centrarnos en las cosas que nos unen y no en las que nos separan. Que el bien común, los cuidados y la igualdad deberían estar por encima de las luchas de poder y de intereses particulares a cualquier edad, en todos los ámbitos y en cualquier lugar del mundo.

Nuestra aportación desde la Escuela es nuestra metodología basada en la práctica pedagógica de la autogestión y la horizontalidad. Aprendemos de manera colectiva y con una actitud crítica señalando las consecuencias de las prácticas capitalistas como son el lucro, la competitividad, el individualismo, las violaciones sistemáticas de los derechos de personas y pueblos. Hacemos transversal el respeto, la tolerancia, la escucha, la igualdad y el feminismo, en definitiva, el bien común.

Señalamos que en los colegios debe ser prioritaria una educación emocional y sexual basada en el buen trato, los cuidados, la igualdad, el respeto y la libertad, que rechace el dominio y la sumisión, para prevenir y erradicar las violencias machistas. Reconocer las emociones propias y las de las demás personas para actuar de manera no violenta y empática.

El aprendizaje para la paz y la no violencia se ha de hacer en la familia, el colegio, el instituto, la universidad, en los grupos de influencia, los movimientos sociales, los medios de comunicación, las instituciones. Si aprendemos desde la infancia a ser amables y tolerancia cero frente a la violencia construiremos un mundo mejor.”

Aprovechamos esta celebración para denunciar los intereses imperialistas que hay tras el conflicto de Ucrania y la desinformación con la que nos manipulan los medios para generar un determinado estado de opinión favorable a la intervención. Y pedimos que el gobierno de España no participe en un posible conflicto militar generado por intereses ajenos que nos quieren imponer las grandes potencias.

La guerra es la máxima expresión de las violencias y una ciudadanía educada para la paz debería imponer a los gobiernos la resolución de conflictos por la vía del diálogo. Nos declaramos antimilitaristas y creemos que el Ejército es una institución que debería desaparecer (aquí hubo aplausos).

El acto finalizó con un juego en el que para resolver un conflicto hubo que buscar soluciones creativas, empáticas y pacíficas.

Fue un placer encontrarnos de nuevo con compañer@s con l@s que hemos ido creando vínculos a través de las luchas vecinales llevadas a cabo en el barrio durante años, en esta ocasión construyendo un camino hacia la paz.

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