En estos días todo parece indicar, por mor de la tradición, que hay que hablar de paz. Pero solo hablar de Paz.

Todos hablamos de esa paz pequeñita, hecha de lamentos y girones de dignidad y cargada de vergüenza. Una paz mentirosa, que solo sirve para dar portada a prensa y luz a los noticiarios. Mientras tanto, el enemigo A vomita las bombas rosa sobre el enemigo B, este con ferocidad humana descarga el poder mortífero de sus bombas verde sobre el enemigo A. El enemigo C, vende las bombas rosa y las verdes, y mueren seres que no son A, tampoco B, aunque les gustaría vivir donde se acomoda el enemigo C.

En nombre de la paz todos los amigos potenciales y abstractos de la no beligerancia acuerdan un compromiso socialmente vistoso y con grandes encajes de humanidad. Se llama AYUDA, pero se equipara a la nada en la más oscura y descarada desgana. Todo se vuelve proceso para engendrar un gran procedimiento…, miento, miento.

Los medios acusan, las ONG´s delatan, las sociedades se crispan y no pasa nada, el procedimiento…, miento, es lento y asustadizo.

La paz sigue invicta en la voz de todos los organismos nacionales y supranacionales, la geoestrategia está vencida, opinan unos, la codicia se enfrenta al muro social, opinan otros.

Las bombas rosa y las verde siguen haciendo ruido y causando muerte, terror y desesperanza. Algunos opinan sobre Alepo, dicen que huele a victoria, otros piensan que los de Damasco dan asco.

La esperanza borda con telarañas su mortaja, nadie hace nada.

De pronto se escucha la voz del poeta que marca como debe ser la LABOR

Paz, para la pluma y para el aire

Paz, para el papel y para el fuego

Paz, para la palabra y para la tierra

Paz, para el pan y para el agua

Paz, para el amor y para la casa

Paz, para el pensamiento y para el camino

Paz, para la semilla y para el átomo

Paz, para la obra y para el hombre

Son versos de Blas de Otero. El poeta siempre silente ha pasado sin ser percibido, como a él le gustaba, paseando por las calles, lentamente, con amigos.

Este año hace un siglo que nació y nadie le ha recordado, ¿para qué?, era un hombre que hablaba de paz y justicia social, un poeta.

No solo Blas, ha pasado sin hacer ruido ni extrañado por los ciudadanos de aquí y de allá.

Se cumplieron este 2016, 80 años de la muerte de Valle Inclán, fue la noche de Reyes, D. Ramón Mª siempre fue mágico, hasta para morir.

Otro poeta que no murió, que lo mataron, cumple este año el 80 aniversario de su paseo negro, Federico. Y muchos nos preguntamos ¿dónde está Federico?

Al amanecer, la luna aún pintaba de plata los campos de Granada, al alborear de un día oscuro de agosto el poeta, el músico, el dramaturgo, el orador, el intelectual…

¿Dónde está Federico?

Pero hoy las administraciones no lo recuerdan, ¿aún escueces Federico?

Solo la compañía de teatro de la Casa de Córdoba, puso en marcha Mariana Pineda, Marisa Cruzado era Mariana, seguro que a Federico le hubiera gustado su interpretación. Se les concedió el premio en el certamen de teatro de El Olivar de Castillejos. Gracias, Rafael por la buena dirección de Mariana Pineda.

En el mismo año murió Unamuno, con los fríos de noviembre, tampoco nadie lo ha recordado. Parece ser que ni venció ni convenció.

También se han cumplido cien años del nacimiento de Antonio Buero Vallejo, ha pasado como con el resto de autores, nada sobre la rotunda nada. Pasaron sin pena ni gloria, solo la sombra de nuestros silencios les otorga la paz. El silencio está en cada rellano de esta escalera que él nos mostró.

Recordar que cada frase en sus obras era un trazo con el grafito o con el pincel, que sus obras son cuadros magistrales, que fue uno de los pocos creadores del teatro popular, junto con Lauro Olmo y está encuadrado con los autores del teatro social de posguerra, junto al ya mencionado Olmo, Sastre, y aunque no lo parezca, en un principio, Paso.

Autores que nos ayudaron a ver la vida de otra forma, que intentaron enseñarnos que hay otras cosas en la vida además de las guerras y codicias, que apostaron por la PAZ en todas sus acepciones. Estos autores como tantos otros son eliminados de nuestro ideario para hacer más respetable el juego de las bombas, de las masacres, de las muertes a cualquier edad.

Todo ello sin respuesta a ningún nivel.

¿Será verdad que la cultura no es lo que yo tenía pensado?