El Club BIlderberg es un foro de encuentro y reflexión de un grupo relativamente reducido de personalidades de gran influencia en la política y la economía mundial.

Está formado por financieros, políticos, propietarios o responsables de grandes medios de comunicación y algunos reyes. Se dice que es un gobierno en la sombra de ámbito mundial.

En las reuniones se analiza la situación y se marcan directrices para impulsar un gobierno mundial de clara orientación neoliberal. El club se mueve en la más absoluta discreción, las conclusiones de las reuniones son secretas.

CLUB BILDERBERG

Se fundó en el año 1954. La primera reunión fue en Holanda y la financió el famoso banquero Rothchild.

El Club tiene unos 30 miembros pero invita a participar en las reuniones a unas 100 – 130 personas.

Han asistido en alguna ocasión a las reuniones los siguientes españoles, entre otros, Juan Luis Cebrián, del Grupo Prisa, la reina Sofía, Ana Patricia Botín, Alberto Ruiz-Gallardón, Pedro Solbes y José Luis Rodríguez Zapatero en el año 2009.

Se reúnen anualmente en una población europea o de los Estados Unidos con la mayor discreción y sin admitir la presencia de periodistas. En el año 2010 la reunión fue en Sitges.

El principal objetivo del Club es contribuir a la consolidación de un modelo político y económico netamente liberal a nivel mundial. Implantar el llamado Nuevo Orden Mundial.

Se dice que el Club ha intervenido en la crisis económica y está incidiendo en las directrices políticas de los países de la Europa Mediterránea.

En España tuvo una gran incidencia en la transición de la dictadura a la democracia y en la restauración monárquica en la persona de Juan Carlos marcándole su línea de actuación. El proceso se desarrolló bajo la tutela de Kissinger.

También ha participado en la abdicación de Juan Carlos y la coronación de su hijo Felipe.

El Club obligó a Zapatero a cambiar su línea económica, imponer los recortes presupuestarios y hacer la reforma laboral que solo ha servido para facilitar los despidos.

El funcionamiento y los objetivos del Club y de otros foros de características similares invita a reflexionar sobre las limitaciones de la soberanía nacional porque resulta que en muchas ocasiones las grandes directrices vienen marcadas por grupos de presión como este que no tienen ninguna legitimidad democrática.

La soberanía nacional y la democracia también quedan condicionadas porque los gobiernos que se eligen tienen una capacidad de actuación mermada por estos grupos de presión.

Madrid, octubre 2015