por Maria Luisa Suárez

Primero vamos a situar el país de Mandela, en el cono sur del continente africano, entre el río Limpopo y el cabo de las Agujas. Clima tropical. Siempre había sido habitado por tribus autóctonas. En los siglos XVII y XVIII fue colonizada por los holandeses, los Boers, que eran campesinos y que nunca se mezclaron con los habitantes del lugar.

Los Boers o afrikáners crearon la lengua nacional, afrikáans, mezcla de holandés, inglés y lenguas autóctonas. En 1910 se creó la Unión Sudafricana, predecesora de la República de Sudáfrica y fruto de la unión de varias colonias: Colonia del Cabo, Colonia de Natal, Transvaal y la Colonia del Río Orange, más la anexión del África del Sudoeste alemana (actual Namibia).

La vida de la población autóctona fue siempre dura pues vivía bajo una cruel esclavitud denominada "apartheid", que desde 1948 fue impuesto legalmente por el gobierno de Daniel Malan, ministro ordenado de la Iglesia Reformada Holandesa que encontró en la biblia aquellos párrafos en los que apoyó la ignominiosa forma de gobierno legal el "racismo", prohibiendo todos los lugares públicos a la población negra, salvo las iglesias católicas.

Foto de Maria Luisa Suárez, autora del artículo

Este es el ambiente en el que en 1915 nació y vivió Mandela. El racismo o apartheid duró más de cincuenta años. Nelson Mandela lo combatió desde que tuvo uso de razón. De joven creó el Partido del Congreso Africano, conocido por sus siglas en inglés, el ANC, cuyo sistema de oposición era la lucha pasiva contra el apartheid. En 1956 fue juzgado por traición y absuelto y nuevamente detenido y condenado a cinco años de prisión en 1962. Con posterioridad fue juzgado, y en este proceso el fiscal pedía para él la pena de muerte, si bien se la conmutaron por cadena perpetua. En 1965 publicó su libro "El difícil camino hacia la libertad", escrito en la cárcel y sacado en secreto para publicarlo.

En los años cuarenta estuvo refugiado en Alexandra al norte de Soweto donde vivió, estudio, y ejerció como abogado en favor de los luchadores del ANC por la libertad. Contrajo matrimonio con Winnie Nomzamo Mandela que también sufrió prisión por su lucha por la libertad de su marido, por lo que le fue concedida junto a Mandela el premio Tercer Mundo en 1985. En 1981, mientras cumplía cadena perpetua en la prisión-isla de Robben Island, recibió el premio Bruno Krausky de la Asociación de Derechos Humanos. En 1983 el Simón Bolívar de la UNESCO y en 1995 el Nóbel de la Paz.

En 1985 recibió la oferta de obtener la libertad si abandonaba su militancia en el ANC lo que rehusó y siguió cumpliendo 27 años de la cadena perpetua. Fue puesto en libertad en 1990 cuando fue elegido jefe del gobierno el ilustrado F.W. Klerk que emprendió la labor de democratización del país. Según palabras de Nelson Mandela cuando fue puesto en libertad "dejo en la celda el odio y la venganza".

Fue el hombre que supo enfrentarse al Imperio Británico luchando contra el apartheid, en el que le tocó vivir años de injusticia, persecuciones y prisión que supo superar con su gran sentido político, la confianza en sí mismo, la flexibilidad en su modo de hacer frente a tan grave problema, todo ello le dio fuerza para evitar una cruel guerra en la que sabía que su pueblo no habría podido salir bien librado.

En este mes de diciembre del día 6 del año que va a acabar de 2013, ha muerto el ídolo de su pueblo a los 95 años, tras larga enfermedad, dejando hijos, nietos y bisnietos. En 1998 se casó con la mozambiqueña Graça Machel, mujer ilustrada. En el funeral de Mandela se vivió un momento muy emotivo de Winnie Mandela abrazando y dando el pésame a la viuda Machel.

También la prensa ha dado cuenta de las diversas etapas de su entierro. Su cadáver fue embalsamado y llevado en féretro por los puntos históricos de su país, a fin de que recibiera el homenaje al que se había hecho acreedor. Un muro de flores fue levantado en su casa de Johannesburgo. La casa de Mandela en Soweto ha sido convertida en museo, muy visitado.

Los funerales han sido de jefe de estado, ya que fue el primer presidente negro de Sudáfrica. No quiso presentarse a la reelección. Ha recibido los honores de más de cien jefes de gobierno del mundo en el estadio de fútbol de Johannesburgo. Llovió todo el día a pesar de lo cual más de 50.000 conciudadanos asistieron al funeral improvisando bailes y cantos llenos de belleza y armonía, recordando la vida de Mandela.

Por su parte en ese mismo estadio los representantes oficiales cumplieron su papel. Intervinieron la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, el presidente de Cuba, Raúl Castro y Barack Obama, presidente de EEUU, entre otros. El día 15 de noviembre Mandela fue enterrado en Qunu, el pueblo en que nació.

Mandela les dio libertad pero no pudo darles un estatus de igualdad. El país que deja está dividido en clases. El 79,5 de la población de Sudáfrica es de ascendencia negra y solo cuatro millones de negros constituyen clase media de los más de cincuenta millones de habitantes del país. Siendo Sudáfrica la economía más potente de África existen enormes desigualdades sociales, una alta tasa de desempleo y un cuarto de la población vive con menos de 1,25 $ por día. De las muchas frases que nos ha dejado Mandela hay una que dice: “Después de escalar una gran colina, uno se encuentra solo con que hay muchas más colinas que escalar". La de la igualdad es la siguiente.