VIOLENCIA Y PAZ EN LAS RELIGIONES
Prospereando | 14/06/11 | sociedad

En el futuro los enfrentamientos que tengan lugar en el mundo no serán por ideología ni por lucha de clases, sino por motivos religiosos y culturales.

En las religiones siempre ha existido la dialéctica entre la violencia y la paz. No hay más que leer algunos textos del Antiguo Testamento, o fijarse en los sacrificios sagrados y en los cultos. La palabra Dios es vilipendiada y manipulada, atribuyéndosele órdenes violentas si nos atenemos a la literalidad de los textos. Basta observar la teoría del “Choque de Civilizaciones” que justifica el enfrentamiento de la humanidad por sus diferentes creencias religiosas, choque entre Occidente y Mundo Musulmán, entre el Cristianismo y el Islam, que necesitan de una u otra religión para apoyar la violencia de uno u otro bloque.
Foto de Juan José Tamayo en la Asociación de Vecinos Valle Inclán de ProsperidadLa paz, un bien anhelado y a la vez frágil, siempre está amenazada por la teoría de la guerra justa. La violencia de lo sagrado legitimada desde la trascendencia sacraliza la guerra y la denomina “Guerra Santa”.
Sobre esta tesis de la lucha entre religiones y culturas del politólogo y profesor de ciencias políticas de la Universidad de Harvard, recientemente fallecido, Samuel Philips Huntington, y la dialéctica entre la paz y la violencia en las religiones habló en la Asociación de Vecinos Valle Inclán de Prosperidad Juan José Tamayo, Doctor en Filosofía y Letras y Teología, Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid.

El siglo XX ha sido escenario de sucesivas guerras: la gran guerra, el posterior rearme, la aparición del nazismo, la segunda guerra mundial seguida de la guerra fría con el rearme atómico, más las guerras locales y regionales que han dado salida a los negocios del armamento, incluyendo la violencia del actual neoliberalismo.

Simultáneamente la humanidad aspira a una paz no exenta de justicia. No obstante, las religiones hacen patente una disarmonía entre sus mensajes de paz y las manifestaciones violentas. El Islam en algunas naciones tiene una interpretación literal de los textos, en otras, como la Universidad de El Cairo o Nueva York hacen una lectura histórico-crítica. El Cristianismo, por su parte, a pesar de haber superado la Ilustración se ha ido deteriorando y ha permitido, últimamente, a sus administradores realizar una vuelta hacia el cristianismo medieval, donde Dios legitima la violencia. Diseño que se puso en práctica por tres cristianos, Bush, Blair y Aznar en la invasión de Irak en 2003.
El poder manipula a las religiones que adquieren un lugar de privilegio y reciben a cambio beneficios.

El papel de las religiones en el siglo XXI va a ser de relieve ya que cada civilización se va a definir como “religiosa”. Los países se identifican en torno a la religión: Islam, confucionismo, taoismo, hinduismo, cristianismo, mundo ortodoxo. Se eleva de esta manera, una voz de alarma contra la diversidad y el multiculturalismo que afecta a la creciente inmigración que aporta valores diferentes, creando un clima de xenofobia en parte de la ciudadanía. Frente a esto está la universalidad de valores y diversidad de culturas; la propuesta de la Alianza de Civilizaciones de Rodríguez Zapatero y el turco Erdogan en 2004.

Tamayo hizo hincapié, a pesar de todas esas interpretaciones, en las aportaciones a favor de la paz que han dejado en herencia las religiones y las figuras y personalidades más relevantes: Zoroastro, Buda, Confucio, Jesús, Clara de Asís, etc., vidas al servicio del entendimiento. Así como, su importante contribución ética, simbólica y mística.