El niño/a sujeto social de derechos

La Educación Infantil, de 0 a 3 años, en la Comunidad de Madrid, se está traspasando a “guarderías”. Habitualmente se confunden estos dos conceptos y se piensa que es lo mismo, pero no es así. La guardería sólo contempla el cuidado del niño, mientras que la escuela infantil, proporciona al niño instrucción y educación. En la Comunidad de Madrid, en los años ochenta se llegó a desarrollar una red de escuelas infantiles, que en la actualidad se está deteriorando.

Lutgarda Reig, maestra de educación infantil y promotora de su desarrollo, desde los años ochenta en la Comunidad de Madrid, directora de una cooperativa de educación infantil, de 0 a 6 años y posteriormente de dos escuelas públicas, hasta su jubilación, estuvo en la Asociación de Vecinos Valle Inclán de Prosperidad en la tercera sesión del ciclo “La escuela de mañana” para hablar sobre este complejo tema.

Foto de la charla coloquio sobre educación infantilPara entrar en materia comenzó haciendo unas consideraciones generales sobre la necesidad social de las escuelas infantiles, donde el protagonista es el niño. Después un rápido recorrido sobre el trato que se ha dado a los niños desde la antigüedad hasta nuestros días.
En Roma y Grecia estaba aceptado el infanticidio, así como la venta de niños y sacrificio de estos a los dioses. Con la llegada del cristianismo el sacrificio de los niños quedó abolido y se empezó a proporcionarles algo de enseñanza. Que se mantuvo y desarrolló en la Edad Media en los monasterios, auténticos centros culturales, en los que se acogía a los adolescentes aristocráticos, hasta que con la llegada del Renacimiento la persona cobró importancia y por ende la infancia comenzó a ser motivo de preocupación. Con la Revolución Francesa se configura la familia similar a la actual, con la existencia de un patrimonio para heredar y la irrupción de las órdenes religiosas cuya misión fue acoger y educar a los huérfanos y niños más desfavorecidos. Es la época de las instituciones, hospicios… se institucionaliza la infancia. Ya en el siglo XX, después de la segunda guerra mundial se crea la Agencia de la ONU para la Infancia (UNICEF). Se proclaman los derechos del niño y en 1989 se celebra la Convención Internacional de los derechos de la infancia. El niño pasa a ser un sujeto social con derechos.
Ya a finales del siglo XIX y principios del XX, se configuran las grandes teorías sobre la educación y el desarrollo del niño de 0 a 6 años con Piaget, psicólogo suizo de finales del siglo IX, famoso por su aporte en psicología evolutiva, estudios sobre la infancia y su teoría del desarrollo cognitivo y la gran repercusión de las teorías pedagógicas de María Montessori y Marta Mata.

Lutgarda Reig, recalcó la importancia del desarrollo de los sentidos y las habilidades motrices, en estos primeros años, para luego poder pensar en imágenes y conceptos. Acentuó el hecho de la plasticidad cerebral del niño, potencialmente capacitado para imaginar los efectos simples de las acciones que está realizando, iniciándose en los primeros juegos simbólicos que se desarrollan entre los dos y seis años, así como la concentración, la intuición y el egocentrismo, y la gran influencia que el medio social y físico tiene sobre él. En este punto llamó la atención sobre lo fundamental que resulta el afecto y la seguridad que deben rodear al niño en todo momento en el tiempo que permanece en la escuela, en el hogar y en la habitabilidad de la ciudad. No olvidó otros derechos de los niños como la salud, educación, asistencia social y “bien vivir”.
Eliminó tópicos como el de “para atender a los niños es suficiente que te gusten”, para reivindicar una profesión, de educadora, que requiere conocimientos sistematizados y aplicación rigurosa de los mismos, en contraste con el escaso reconocimiento social de los educadores infantiles.
El elevado coste económico de estos centros, si están bien dotados, a la par que la creciente necesidad social de los mismos, no justifica que se reduzcan costes a base de suprimir a muchos profesionales, y pasar la gestión de los centros públicos a entidades privadas, con ánimo de lucro y que no dependen del Ministerio de Educación, como se está haciendo en algunas Comunidades.