Emilio Meseguer (Miembro de las Mesa del Libro y Proximidad)

Intentaré hacer un breve esbozo de este Consejo de Cultura que se va a poner en marcha ya.

Una vez que la alcaldesa asumió el Área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, puso en marcha las acciones pertinentes para crear un Consejo de Cultura en el Ayuntamiento madrileño, no era ninguna invención extraña, por el contrario, era una necesidad. Capitales europeas, como: París, Londres, Berlín…, hacía años que tenían un Consejo de Cultura, ciudades como Bilbao, Barcelona, etc., también.

La mano experta, técnica que ha trabajado a pie de obra, para poner en marcha este proyecto, tiene nombre y apellidos, es Azucena Klett, Asesora del Área de Cultura y Deportes, fue responsable de gestión de “Intermediae”, en el Matadero, perteneciente al Área de Gobierno de Cultura y Deportes del Ayuntamiento.

La labor de construir y ensamblar las distintas causas y valores que ofrece la cultura en la capital fue complicado, pero hay algo que distingue a este Consejo de todos los demás.

Tras el análisis de los distintos consejos existentes en España y Europa y el estudio de necesidades que otras entidades como UNESCO, aconsejaban, se optó por un Consejo distinto. No estaba formado, tan solo, por personas expertas en cada una de las vertientes de la cultura. Se dio un paso arriesgado, difícil e interesante. Crear un Consejo Municipal mixto, es decir, de personas vinculadas al área de cultura y a ciudadanos que podrían participar como independientes, mostrar sus creencias y necesidades culturales (Participación Ciudadana).

En principio se estructuró por Mesas relacionadas con los distintos sectores, se contactó con las asociaciones que pensaron, eran las que mejor representaban a cada sector. A partir de ahí se comenzó a crear un espacio con personas sabias, con capacidad mantenida por su larga trayectoria profesional, que sería la encargada de proyectar el futuro y eliminar tensiones entre las diversas Mesas. El Consejo Asesor, estos serían los únicos que cobrarían por su labor asesora.

De cada Mesa saldrían un par de coordinadores y estos compondrían el Pleno de Cultura, una estructura similar a la de los Foros.

La cosa se fue complicando. Un grupo constituido por los coordinadores de las distintas Mesa de Cultura de los distritos, que se habían organizado en una “interdistrital de cultura” pidió estar representada en una mesa. Nadie sabía en qué mesa debería estar ubicada la cultura barrial y distrital. Fue largo, pesado, complicado para ambas partes, intervinieron directoras generales, concejales de otras áreas, un lío.

La FRAVM, por otro lado, también se hizo ver y destacó la idea de que, siendo una entidad que albergaba a tantos vecinos, no podía quedarse desligada de la cultura, habida cuenta de que en esta organización había un añejo Grupo de Cultura. Siguieron las conversaciones, algunas a otro nivel como el sindical. De todo aquello surgió una nueva propuesta, la creación de una Mesa de Cultura de Proximidad en el que estaría incluida la “Interdistrital de cultura” y la adscripción de la FRAVM a un Comité Social.

Para llegar a esta fórmula pasaron meses, todos sabemos que el tiempo de las administraciones es distinto al tiempo de los ciudadanos.

Al fin, el 7 de febrero del año en curso, se publica en el BOAM el Reglamento por el que se crea el Consejo de Cultura de la Ciudad de Madrid, y se regula su composición y funcionamiento.

Un mes mas tarde se pone en marcha el mecanismo directo, las asociaciones culturales que desean estar en las Mesas y que representan a colectivos de las distintas secciones culturales, así como a los particulares que quieran acceder a estas Mesas, tendrán la primera reunión.

Hay una exigencia no escrita, para que estas Mesas funcionen, no deben superar un máximo de 30 personas, en principio. Muchas asociaciones quedan fuera, pero esto es el principio.

A comienzos de este mes de votaron en cada una de las Mesas, los Vocales que serán los que las representen en el Pleno de Cultura. La “interdistrital” ha conseguido que, dos de sus miembros estén en el Pleno, como miembros de pleno derecho, sin duda un logro para los vecinos.

Ya están constituidas las Mesas y dispuestas para asistir a una primera reunión y posteriormente representar al sector en el Pleno.

Estas Mesas serán: 1.- Artes escénicas, 2.- Música, 3.- Artes Visuales, 4.- Cultura Urbana y espacio público, 5.- Cine y Audiovisuales, 6.- Libro y lectura y 7.- Cultura de Proximidad e Innovación, Cultura de los Distritos

Además estará el Comité Social formado por UGT y CCOO y la FRAVM y la Comisión Asesora, aún por constituir.

Las funciones del Consejo, entre otras, serán: Informar y asesorar en relación a la elaboración y seguimiento del Plan estratégico de la Cultura en esta Ciudad, creación de nuevos equipamientos culturales, convocatorias o subvenciones. Asesorar sobre creación o modificación de normativas, elaborar propuestas, proponer estudios, informes relacionadas con la cultura. Asesorar sobre el código de buenas prácticas. Asesorar sobre las nuevas normas y su impacto social y en el sector.

Este primer paso, se llevará a cabo en la primera quincena del mes de mayo. Por tanto estamos en las puertas de asistir a una nueva organización que, toquemos madera, dotará de coherencia a la cultura de Madrid.

Sí Madrid mantiene una cultura extremista, en un extremo contemplamos la excelencia en los Centros Culturales de categoría: Teatro Español, Fernando Fernán Gómez, Conde Duque…, y en el otro extremo, las dificultades de conciliar la cultura en los distritos por falta de un proyecto tan básico como la redistribución. Los Centros Culturales de barrio no cuentan con la capacidad económica para hacer cultura. Se mantienen del voluntariado cultural y con premisas obsoletas.

Desde la Mesa de Cultura de Proximidad…, intentaremos activar un cambio esencial y necesario:

Llamamos hacer cultura a eso que destaca las experiencias, acciones, necesidades de un grupo vecinal, que comparte estas hábitos y necesidades culturales con otros barrios y distritos. Que muestra a los vecinos como desarrollar e implicarse en conceptos sociales, a poner de manifiesto la duda ante los medios de comunicación e información sesgada. Esa cultura que pretende analizar las situaciones desde las distintas ópticas, sin sacralizar valores, ni los laicos (mercadeo financiero, consumismo…) ni religiosos. Una cultura abierta que muestre la capacidad de análisis mediante la razón crítica, que enseñe la función del libro, la música, el teatro…, como elementos culturales de apertura hacia criterios sólidos. La cultura como medio de educación pública.

Por tanto, deberá considerarse a la cultura como un medio más de educación ciudadana.

Veremos si algo de lo dicho puede sustanciarse y llegar a buen puerto.

Todo depende de una cosa. Una papeleta.

Dejar una respuesta