Otro jueves de paseo. Esta vez, por Chamberí y más concretamente por el Barrio de Trafalgar. Quedamos en la Glorieta de Bilbao, que hasta la demolición de la cerca de Madrid en tiempos de Alfonso XII, era una de las entradas de la Villa. La que se efectuaba por la Puerta de los Pozos de la Nieve, o Puerta de Bilbao.

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Extramuros, en lo que fue el Campo del Tío Mereje o los terrenos de la Era del Mico, que terminaba en el Cerro del Pimiento, ya se habían constituido varios núcleos de población. Fundamentalmente en los alrededores de la Plaza de Olavide. Además era una zona donde se habían instalado algunas industrias. Principalmente tejerías, y forjas. También tenía su sede desde el reinado de Felipe V la Real Fábrica de Tapices.

Pero con el derribo de la cerca, Chamberí junto con los barrios de Arguelles y Salamanca, fueron las intervenciones fundamentales del ensanche de la ciudad planeado por Carlos María de Castro.

Así pues comenzamos nuestro periplo subiendo por la calle de Luchana, mientras disfrutamos de la visión de algunos bellos edificios modernistas. Este tipo de arquitectura, es el que va a predominar en todo nuestro recorrido, sobre todo en el triángulo que conforman las calles de Luchana, Santa Engracia y Sagasta. Modernismo, en todas sus vertientes. Desde el estilo mas afrancesado, hasta los de corte mas nacionalista, expresado en los Neos. Neo-mudejar, neo-gótico, neo-renacentista, y todo el eclecticismo típico de 1900.

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En la confluencia de Luchana con Manuel Silvela, nos encontramos con unos jardincillos que enmarcan el Monumento a Los Saineteros. Grupo escultórico erigido en 1913, obra de Lorenzo Collaut-Valera, que es el autor también del monumento a Cervantes de la Plaza de España.

El grupo representa a tipos populares madrileños. Majos, Chisperos y Manolas, y homenajea a los autores de aquellos sainetes que hicieron las delicias del público en las postrimerías del siglo XIX.

Seguimos Luchana hasta la plaza de Chamberí, con la intención de visitar la estación de Metro que hace las veces de pequeño museo. Pero desgraciadamente, el horario de visitas, no coincide con nuestro horario. Bueno, no es tan grave. Otro día será. Tenemos otras muchas cosas que ver.

Enfilamos Santa Engracia en dirección Alonso Martinez y nos topamos en una esquina y haciendo chaflán con el bello edificio del Patronato de Enfermos. Institución de caridad erigida a primeros del siglo XX que funcionó como hospital de necesitados con iglesia adjunta. El edificio en ladrillo neo-mudejar pero de un eclecticismo con fuerte sabor hispano y bellos detalles de cerámica de Talavera obra del arquitecto Luis Ferrero, es hoy día un comedor popular.

Poco más adelante, en la acera de enfrente, nos encontramos con la gran mole blanca en piedra de Novelda que es la Iglesia Neo-gótica de la Terceras Salesas. La iglesia tiene adjuntos a la izquierda el convento, y a la derecha lo que en su día fue el colegio, pero que ya hace muchos años es una comisaría de policía.

La iglesia la llamamos de las terceras Salesas, ya que estas monjitas se han mudado mucho de convento. El primero en el que moraron, fue el de las Salesas Reales. Fundación de Bárbara de Braganza. Pero de ese magnífico convento-palacio, fueron desamortizadas, pasando al Convento de la Visitación en la calle de San Bernardo. Pero nuevamente fueron desamortizadas, y anduvieron vagando por diferentes conventos, hasta que el Marqués de Cubas les dio nuevamente morada erigiendo el nuevo convento, iglesia y colegio. No solo como mecenas de la institución, sino también como arquitecto del mismo.

Mas adelante y llegando casi a Alonso Martínez, nos encontramos el imponente palacio que fue de la Duquesa viuda de Adanero. Construido en 1913, el palacio contaba con todos los lujos y comodidades que podían imaginarse en la época. Bajo planos de Joaquín Saldaña es de estilo claramente afrancesado, y hoy día es una de las sedes del Ministerio de Administraciones Públicas.

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Tomamos la calle de Manuel Gonzalez Longoria y nos llegamos hasta la de Manuel Silvela, donde nos encontramos con el palacete de la sede de la Fiscalía Anticorrupcion y contra el Crimen Organizado, bonito palacete con mansardas y estilo claramente francés.

Seguimos por Manuel Silvela contemplando sus bellos edificios de viviendas. Llegamos al Santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de los Padres Redentoristas, que se erigió en los años 80 del siglo XIX bajo planos del Padre Gerardo. Sacerdote redentorista belga y que es responsable de otras iglesias de la orden repartidas por todo el mundo. La Iglesia es de estilo neo-gótico vertical o nórdico. De gran austeridad pudimos entrar y disfrutar de sus bellas vidrieras. Impresionante también su órgano neo-gótico.

Cruzamos Luchana y tomamos Trafalgar hasta la Plaza de Olavide. Esta parte del barrio no es tan elegante como lo visto hasta ahora. Precioso entorno el de la plaza. Jardines, donde estuvo el mercado octogonal de Luis Ferrero, construido en tiempos de la República, y volado bastante descontroladamente en 1974.

Ya nos llegamos hasta Eloy Gonzalo y disfrutamos con el pintoresco edificio del Instituto Homeopático, que fue el primer edificio moderno que se erigió en el barrio, obra de José Segundo de Lema de los años 80 del XIX.

Con la visión de Quevedo en mármol, esculpido por Agustín Querol, damos por terminado nuestro paseo y nos vamos a tomar unas cañas, en un día precioso de octubre.