Los aplausos a la idea de los microcréditos resuenan con tanta fuerza como las críticas.

Durante los días 14 a 17 de Noviembre se ha celebrado en Valladolid, la V cumbre mundial sobre el microcrédito. En la misma se han dado cita cajas de ahorros, oenegés, universidades, asociaciones de inmigrantes, ayuntamientos o comunidades autónomas. En anteriores citas, se definió el microcrédito como "prestación de servicios financieros a un sector de la población tradicionalmente excluida del sistema financiero tradicional".

Microcréditos

En esta ocasión se ha debatido cómo aplicar el sistema de microcréditos en el Estado Español. Los ponentes de la cumbre han consensuado un texto con la intención (de) que sirva como base para una futura legislación que pueda ser aprobada en las Cortes. De hecho, la intención de los participantes en la cumbre es la de presentar un texto a principios de 2012 a los diferentes grupos políticos surgidos después de las elecciones del 20 de Noviembre.

Imagen Microcréditos, una puerta abierta a la esperanza

Los microcréditos siempre han sido reivindicados por una parte importante de los economistas más famosos del planeta como una forma de promocionar actividades en el tercer mundo con la intención de que sus habitantes pudiesen salir de la pobreza y así dinamizar la actividad económica local. Esta idea fue creada por Muhammad Yunus, que utilizó este instrumento como respuesta a la usura de muchas personas que actuaban en su país natal, Bangladesh. Gracias a esa idea, le fue concedido el premio Nobel de la Paz.

"Los microcréditos son ahora más necesarios que nunca en los países ricos" afirma el propio Yunus, presente en Valladolid en la cumbre. Solamente en el año 2010 se concedieron más de siete millones de euros en microcréditos en el tercer mundo. La mayoría de ese dinero se destinó al autoempleo y a la creación de empresas. Otra parte del dinero también se destinó a financiar estudios o necesidades básicas.

Centrándonos un poco en España, aunque pueda parecer extraño, los microcréditos no son una cosa que se pueda catalogar como "novedad", En 1999 la FIDEM ("Fundación Internacional de la Dona Emprendedora), siglas en catalán de la Fundación Internacional de la Mujer Emprendedora, creó el primer microcrédito con la Generalitat de Cataluña y el Instituto Catalán de Finanzas, en el 2000 inició otro con la Generalitat y «la Caixa» y en el 2001 le propuso la idea al Instituto de la Mujer, DGPYME (Dirección General de Política de la Pequeña y Mediana Empresa) y de nuevo a «la Caixa». Actualmente hay 33 entidades financieras adheridas a la Línea de Microcréditos y 34 instituciones de asistencia social que colaboran en la tramitación.

Imagen: Microcréditos, de la Pobreza a la Deuda

Sin embargo, el instrumento de los microcréditos siempre ha estado en entredicho, de hecho, la primera persona a la que le fue concedido un microcrédito, una mujer de Bangladesh, murió en la misma situación de miseria que estaba en el momento en el que el propio Yunus, a través del banco que presidía, el Banco Grameen le concediese el microcrédito. "Su efecto sobre la reducción general de la pobreza no está empíricamente probado; al contrario, ni la situación económica ni social de las poblaciones donde se aplican han mejorado", dice el director del Máster Interuniversitario en Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Alicante, Carlos Gil, que acusa a los microcréditos de "bancarizar la pobreza" y "extender el capitalismo" al sector de los pobres. El propio Gil dice que las necesidades básicas de la población no pueden estar sujetas al acceso a ningún tipo de crédito y acusa a los microcréditos de mercantilizar las necesidades de las personas.

Las críticas a la efectividad de los Microcréditos se extienden, así como los debates, ponencias y congresos dedicados al tema. Quizá no sea hasta dentro de unos años cuando de verdad se vea si este instrumento ha servido para dinamizar la actividad económica del tercer mundo, o sólo ha servido como instrumento globalizador neoliberal.