El pasado 23 de julio, día del libro pandémico, eso quiere decir que, como el 23 de abril, día del libro, la cosa estaba chungareta y el confinamiento era nuestro estado natural de ver y sentir la vida, se transpuso al 23 de julio.
Nos dicen los sabios que no estamos haciendo las cosas bien, que no hacemos la cuarentena debidamente, que somos díscolos y anárquicos, inconsecuentes y catastróficos, patéticos e impredecibles.