El pasado sábado 18 de noviembre la FRAVM convocó su encuentro Vecinal anual en el que se conmemoraba el 25 aniversario de la primera federación provincial de asociaciones vecinales, que supuso en su día el arranque de un trabajo coordinado y compartido en el ámbito de la región madrileña.

Se celebró en el Albergue Juvenil de san Fermín y contó con dos partes muy diferenciadas: la primera consistió en dos ponencias de elevado interés cívico y social. Yayo Herrero hizo una presentación muy incisiva sobre la realidad ecológica y vital de la población. Apuntó hacia el Decrecimiento como elemento necesario para alcanzar una sostenibilidad imprescindible para que la vida pueda ser posible en un futuro. Pero además, insistió en que la vida digna de las personas es un criterio que está por encima de cualquier proceso de transición energética o ecológica. Defendió las políticas de cuidados como un horizonte necesario para lograr el objetivo de bienestar básico.

Por su parte, José Ariza hizo una incursión profunda en la realidad urbanística y antropológica de la ciudad de Madrid, de sus barrios conflictivos y de los problemas que determinan situaciones endémicas, que obstaculizan la calidad de vida de la ciudadanía y la inviabilidad muchas veces de poder dar incluso respuestas solidarias a esa discriminación e incomunicación.

Las preguntas planteadas por la asamblea a ambos ponentes mostraron el alto grado de interés de sus intervenciones.

La segunda parte contó con 4 mesas de trabajo: Derecho a la ciudad, Cambio Climático, Necesidades de las asociaciones vecinales y Cómo combatir la ola de odio y visceralidad de la extrema derecha.

Todas las mesas usaron una metodología activa: partiendo de un intercambio de experiencias y reivindicaciones de los asistentes como representantes de sus barrios. De ahí surgieron los bloques de temas, que la coordinación de las mesas sometió a votación de sus miembros que debieron optar por dos de ellos para el debate.

Por ejemplo, la mesa 1 eligió el tema de la vivienda y el de la movilidad y accesibilidad.

Respecto al primero hubo multitud de propuestas, casi todas encaminadas a contar con vivienda pública suficiente en cada zona para adquisición o alquiler en condiciones adecuadas para el cumplimiento del art. 47 de la Constitución. Pero hubo muchos matices y sugerencias variadas, que se verán reflejadas en el informe que se presentará el día 30 de noviembre, en la última sesión de este encuentro, que por cierto, había empezado ya el jueves 16 con una excelente intervención de Daniel Bernabé, quién situó el contexto sociopolítico y dio claves sobre el abordaje de las reivindicaciones ciudadanas.

Respecto a la materia de movilidad y accesibilidad, se produjeron también infinidad de propuestas, quedando patente que estamos conviviendo en unos entornos poco amables y con dificultades para todos, aunque en mayor medida para las personas con diversidad funcional.

Por tanto, el objetivo de vivir en ciudades habitables y solidarias parece muy lejano hoy por hoy.

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