El pasado domingo 5 de noviembre volvimos a disfrutar de otra iniciativa de la Fundación Ángel Llorca, creada para difundir el legado de este ilustre maestro y pedagogo. Esta Fundación, no deja de implicarse en algunas de las batallas más importantes del momento, la imprescindible defensa de la Escuela Pública y la Memoria Democrática.

La difusión de la obra de D.Ángel, como le llamaban sus discípulos, va con segundas. No es un acartonado homenaje a la persona que contribuyó a sembrar las bases de la Escuela Pública española, siguiendo los principios de la Institución Libre de Enseñanza y en contacto con todos los movimientos de renovación pedagógica europeos de comienzos del S XX, sino que la Fundación reivindica la obra de Llorca y otros, como Justa Freire, trayendo a la actualidad la impresionante labor de la II República, que puso a la Educación pública, laica y gratuita, como una de sus mayores prioridades.

Pocas comparaciones entre el ayer y el hoy son tan lacerantes.

Debemos a la Fundación Ángel Llorca iniciativas como la exposición itinerante sobre la historia de la Escuela Pública que se inauguró en el mes de marzo de 2017 en el Centro Cultural Nicolás Salmerón, “Ángel Llorca, el maestro que soñó la República desde el Grupo Escolar Cervantes” y “Madrid, ciudad educadora. Memoria de la Escuela Pública 1898-1938”.

La Fundación ha tenido también un papel decisivo en la reivindicación por la devolución del nombre Maestra Justa Freire al callejero de Madrid, del que fue borrado por una demencial sentencia judicial que repuso el nombre que la Dictadura franquista había dedicado a Millán Astray, saltándose la Ley de Memoria histórica.

Con estas dos guías, defensa de la Escuela Pública y de la Memoria Democrática, laFundación Ángel Llorca y la Plataforma por Calles Dignas, Maestra Justa Freire han organizado dos recorridos dramatizados por los colegios públicos que fueron construidos por la República entre 1931 y 1933.

El primer recorrido se hizo el 10 de febrero de 2023, para conmemorar el ingente impulso educativo republicano materializado en la inauguración de 18 Grupos Escolares en el año 1933. La Monarquía, en la década anterior había inaugurado tres colegios.

En ese recorrido se celebraba la inauguración el 11 de febrero, aniversario de la proclamación de la I República, de los Grupos Escolares Rosario Acuña, Pablo Iglesias, hoy CEIP Isabel la Católica y Lope de Rueda, hoy CEIP Nuestra Señora de la Almudena.

En el último recorrido del 5 de noviembre visitamos los Grupos Escolares Miguel de Unamuno, 14 de abril, hoy CEIP Calvo Sotelo, Nicolás Salmerón, hoy Centro Cultural, Luis Bello y Alfredo Calderón, hoy CEIP Padre Poveda.

Se cumplían 90 años de su inauguración y la celebración se hizo por todo lo alto. Cada una de las paradas seguía la misma liturgia. Un “becario” del periódico Ahora introducía a las autoridades, actores vestidos de acuerdo con los usos de la época. En primer lugar, al director del Grupo Escolar, luego, al Alcalde de Madrid, Pedro Rico, con el arquitecto municipal Bernardo Giner de los Ríos, muy bien interpretado por Alberto Telleria, después al Ministro de Instrucción Pública, Francisco Barnés, y, finalmente, el Presidente de la República Niceto Alcalá Zamora, representado por un estupendo Alberto Pérez.

Las “inauguraciónes” concluían con la actuación de un coro de maestras que interpretaban algunas piezas tradicionales que el cancionero republicano rescató.

En los discursos se fueron recordando los principios de la escuela republicana que siguen siendo,en gran parte y para n uestra desgracia, reivindicaciones pendientes de la escuela pública: laicidad, participación de las familias en el proyecto educativo, la escuela como centro de la comunidad, la biblioteca y la cantina gratuita como servicios indispensable para la formación de los alumnos; en algunos casos, incluso una piscina, duchas y solárium, para promover la higiene y el ejercicio.

En cuanto a los edificios en sí, sirva de ejemplo el texto colgado en la página web del IES Jaime Vera, antiguo Grupo Escolar Emilio Castelar, inaugurado en esos mismos días: El edificio fue diseñado por el arquitecto Bernardo Giner de los Ríos, sobrino de Francisco Giner de los Ríos. Desde el principio pretende ser un referente
cultural en el barrio.

Este colegio, para niños y niñas, se organiza en dos alas unidas por un cuerpo central, separando ambas enseñanzas según el eje de simetría, siendo la planta baja para servicios comunes más grande. La planta del edificio es en forma de “U” con un cuerpo semicircular que avanza en la vía pública.

Se construyó con buenos materiales: el zócalo es de piedra berroqueña y sobre este se enmarcan las esquinas y los huecos de las ventanas en ladrillo y el resto de los paramentos enlucidos en yeso de color, lo que le da un aspecto muy moderno para la época.

Además el tejado tiene una cubierta plana para poder usarlo como azotea en lugar de cubrirlo con tejas que, además, le daría mucho peso al propio edificio. El uso de vigas de hierro hace que se puedan abrir vanos muy grandes con enormes ventanales para dar luz a las aulas.

El colegio tenía 18 aulas con capacidad para 900 niños y, como estaba dividido por la mitad, tenía dos escaleras independientes de mármol blanco de Macael. Los niños entraban por la calle Infanta Mercedes y las niñas por la calle Lazaga. Además tenía comedor, sala de juntas, institución médica escolar, guardarropa, biblioteca y cantina y, como gran novedad, una piscina cubierta con vestuarios, duchas y solárium en la terraza del primer piso como medida terapéutica por la gran incidencia de tuberculosis en aquella época.

Las aulas tienen techos muy altos, grandes ventanales y el suelo está recubierto de magnífica tarima de roble francés para amortiguar el ruido en el aula. La mayoría están orientadas al norte, de manera que reciben una luz uniforme.

Las galerías son muy anchas para poder usarlas como espacio de lectura, para hacer gimnasia o como espacio de recreo los días de lluvia. El patio tenía árboles de hoja caduca, para de este modo tener sol en invierno y sombra en primavera y verano. El edificio tuvo una inmensa repercusión en las construcciones escolares europeas.

En 1933 Bernardo Giner de los Ríos escribió: franceses, ingleses, italianos y alemanes, pedagogos y profesores de distintas facultades vienen a visitar estos centros y todos ellos se llevan de España la impresión de que los grupos escolares que aquí se están construyendo son los más completos que se conocen.

Emociona que un país con una economía tan frágil como la española en 1931 dedicara tantos esfuerzos a la Educación. Ningún barracón. Y no quiero señalar a nadie.

Por lo demás, la jornada fue festiva. Una charanga amenizó los recorridos en metro y por la calle entre los centros. Hubo un momento emocionante en la plaza de Próspero Soynard (Morasol) cuando el maestro José Luis Gordo representó a Manuel Zapata, primer director del Nicolás Salmerón, ejecutado en Salamanca en los primeros días tras el golpe de Estado.

A continuación dejo unos enlaces de YouTube en los que se recogen todas las intervenciones.

Visita al Grupo Escolar Miguel de Unamuno:Ver Unamuno

Visita al Grupo Escolar Catorce de Abril (hoy Calvo Sotelo): Ver 14 abril

Visita a los Grupo Escolares Luis Bello, Nicolás Salmerón y Alfredo Calderón (hoy Padre Poveda): Ver Salmeron

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