El jueves 15 de abril quedamos a la puerta del famoso restaurante Lardhy para dar nuestro acostumbrado paseo quincenal por Madrid. Carlos Nadal, nuestro guía, se esforzaba en contarnos la historia del mítico restaurante, pero el ruido estridente procedente de la obra de Canalejas apenas nos dejaba escuchar, así que pronto nos fuimos hacia el número 3 de la calle Zorrilla donde íbamos a ver la exposición del arquitecto Fernando Higueras en el Museo ICO.

El folleto que nos entregaron en la entrada decía: “El arquitecto Fernando Higueras (Madrid 1930-2008)», iconoclasta, visionario, pintor, músico y fotógrafo, genio deslumbrante, ha dejado como herencia en la historia de la arquitectura española un modo emocional de considerar la arquitectura desde su cualidad más esencial.” Con esta rimbombante presentación iniciamos la visita de la mano de Carlos y de una agradable guía del museo, teniendo además la suerte de contar con las aportaciones y anécdotas de una de nuestras socias que ha tenido una relación cercana con el arquitecto durante toda su vida a través de la amistad personal de sus respectivas familias.

Y es que Fernando Higueras creció en el barrio de Prosperidad. Su primera casa estaba en Francisco Silvela cuando allí terminaban los edificios y empezaban las huertas. De hecho, con la acuarela titulada Huertas de Madrid ganó la medalla de Bellas Artes de pintura en 1954. Su madre era profesora del Colegio Estudio en Aravaca que se había puesto en marcha de nuevo tras ser desmantelado en 1936, y allí cursó el bachillerato.

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