José María Quixal Gutierrez. (Barcelona 14 Marzo 1932- Madrid 28 Agosto 2016)

GRACIAS, José María. En medio de la rabia, el dolor y el no acabar de aceptar que no nos encontremos, gracias por haber estado con nosotros. Gracias por tu vida, por tu testimonio, porque nos has dejado un poco de ti en nuestra manera de ser y de comportarnos en estos tiempos que nos están tocando vivir.

Hemos pasado muchos años juntos. Inicialmente nos asombraba cómo te manejabas en tiempos muy difíciles y oscuros, compartiendo análisis de la realidad, comprometiéndote con los más cercanos en el trabajo y el barrio. José María, creías en las personas, infundías esperanza de que las situaciones se podrían cambiar, acompañabas en las pequeñas luchas a los que se iniciaban en la apuesta por un mundo más humano, más justo.

Nada de prepotencia, de apariencias sobresalientes, de direcciones que prescindieran de las aportaciones de los otros. Sabias crear equipos, valorarlos, sacar lo mejor de cada uno para ponerlo al servicio común, como si te situaras detrás, sosteniendo, animando empujando, lo que te importaba era que el pequeño creciera, que el ignorante aprendiera, que cada uno, con los otros alcanzara la felicidad fruto del esfuerzo, de la buena relación, de la sabiduría de que la vida merece la pena con los demás y para los demás.

Desde la Asociación de Vecinos Valle-Inclán, de Prosperidad te recordamos, te debemos mucho desde hace muchos años, era tu barrio, tus vecinos. Cuando en una de las desapariciones de la Asociación, como el Guadiana hace casi dos décadas, por papeleo administrativo, allí estuviste apostando con otros para que resurgiera, sin tu apoyo todo hubiera sido mucho más difícil. Hemos contado contigo en lo serio y en lo festivo, en el teatro y en las editoriales de Prospereando, en los desayunos, y en las visitas por los rincones de Chamartín, que conocías como nadie, y en tantas ocasiones que es imposible mencionar.

Gracias de nuevo, José María, sabemos que vas a estar muy presente en nuestra vida cotidiana, seguirás siendo un estímulo en la lucha por un barrio en el que podamos vivir todos, en el que no excluyamos a los diferentes y necesitados.

Desde aquí también queremos compartir con Lutgarda, tu mujer y compañera entrañable que tan bien supo acompañarte hasta el final, tus hijos y amplia familia para los que fuiste un verdadero padre, y junto con todos tus nietos, tan queridos, el dolor por la ausencia y la gratitud por toda la utopía que has sabido dejarnos en herencia.

Descansa en Paz, a la par que creemos que sigues vivo entre nosotros

“ENTONCES MI VIDA NO HABRÁ SIDO EN VANO”

Me gustaría que alguien contase, en el día de mi muerte, que Martín Luther trató de vivir en el servicio al prójimo.

Me gustaría que alguien dijera aquel día que Martin Luther King trató de amar a alguien.

Ese día quiero que podáis decir que traté de ser justo y que quise caminar junto a los que actuaban en justicia, que puse mi empeño en dar de comer al hambriento, que siempre traté de vestir al desnudo. quiero que digáis ese día que dediqué mi vida a visitar a los que sufrían en las cárceles. y quiero que digáis que intenté amar y servir a los hombres.

Si, y, si queréis, decid también que fui un heraldo. decid que fui un heraldo de la justicia. decid que fui un heraldo de la paz. que fui un heraldo de la equidad.

Y todas las otras cosas superficiales no tendrán importancia.

No tendré dinero para dejar cuando me vaya, no dejaré tampoco las comodidades y los lujos de la vida, porque todo lo que quiero dejar a mi partida es una vida de entrega.

Y eso es lo que os tengo que decir. si a alguien pude ayudar al encontrarnos a lo largo del sendero, si a alguien pude hacerle ver que había escogido el mal camino, entonces mi vida no habrá sido en vano …

Martin Luther King

Felices quienes siguen confiando, a pesar de las muchas circunstancias adversas de la vida

Felices quienes tratan de allanar todos los senderos: odios, marginaciones, discordias, enfrentamientos, injusticias

Felices quienes bajan de sus cielos particulares para ofrecer esperanza y anticipar el futuro, con una sonrisa en los labios y con mucha ternura en el corazón

Felices quienes aguardan, contemplan, escuchan, están pendientes de recibir una señal, y cuando llega el momento decisivo, dicen: sí, quiero, adelante, sea, en marcha

Felices quienes denuncian y anuncian con su propia vida y no sólo con meras palabras

Felices quienes rellenan los baches, abren caminos, o bajan las cimas, para que la existencia sea para todos más humana

Felices quienes acarician la rosa, acercan la primavera, regalan su amistad y reparten ilusión a manos llenas con su ejemplo y sus obras

Felices quienes cantan al levantarse, quienes proclaman que siempre hay un camino abierto a la esperanza, diciendo: “no tengáis miedo, estad alegres. Dios es como una madre, como un padre bueno que no castiga nunca, sino que nos acompaña y nos alienta, pues únicamente desea nuestra alegría y nuestra felicidad

“BRINDIS” (3)

En la antigüedad, los hombre chocaban enérgicamente sus copas para brindar, así se aseguraban de que el vino de una copa y otra se mezclaban y tenían la confianza de no ser envenenados.

Hoy, hombres y mujeres alzamos nuestras copas para expresar nuestros deseos en ocasiones especiales. Ésta es una de ellas.

Alzamos nuestras copas y nuestras voces en memoria y honor de José Mª: por los muchos fracasos y algunos logros que conforman nuestra existencia; por las lágrimas y las sonrisas que jalonan nuestros días; por las compañeras, los camaradas, la familia, con quienes compartimos  mesa y camino; por el trabajo y la fiesta, por la Vida

“LA ORACIÓN DEL ATEO “ (4)

OYE MI RUEGO TÚ, DIOS QUE NO EXISTES,

Y EN TU NADA RECOGE ESTAS MIS QUEJAS,

TÚ QUE A LOS POBRES HOMBRES NUNCA DEJAS
SIN CONSUELO DE ENGAÑO, NO RESISTES

A NUESTRO RUEGO Y NUESTRO ANHELO VISTES,
CUANDO TÚ DE MI MENTE MÁS TE ALEJAS,

MÁS RECUERDO LAS PLÁCIDAS CONSEJAS
CON QUE ME ALMA ENDULZOME NOCHES TRISTES.

¡QUÉ GRANDE ERES, MI DIOS! ERES TAN GRANDE
QUE NO ERES SINO IDEA; ES MUY ANGOSTA

LA REALIDAD POR MUCHO QUE SE EXPANDE
PARA ABARCARTE, SUFRO YO A TU COSTA,

DIOS NO EXISTENTE, PUES SI TÚ EXISTIERAS
EXISTIERÍA YO TAMBIÉN DE VERAS

M. de Unamuno