La Asociación de Vecinos, Valle Inclán de Prosperidad, insiste y
persiste en la importancia de la lectura y su influencia en la cultura
de la sociedad.

Una mañana más, ha estado en la Plaza de Prosperidad, repartiendo
libros, cultura, compartiendo resistencias y utopías, recordando el
texto de Gabriel Celaya: “La poesía es un arma cargada de futuro”.

Foto de la mesa de libros para repartir en la plaza de Prosperidad

Simultáneamente ha distribuido octavillas entre los vecinos,
informándoles de la decisión Judicial, de llevar a efecto el desalojo
del local de la calle Luis Cabrera, 51, sede actual de la Asociación,
su voluntad de continuar en el Barrio y expresando su agradecimiento, a
todos los asociados y vecinos que han colaborado para impedir este
desalojo.

Jose Luis Gómez, Huelva, 1940, decía recientemente en el País,
refiriéndose a las políticas culturales, que en su sentido amplio han
de empezar por la escuela, que en otras sociedades de nuestro entorno
tienen claro, pese a las crisis, que la formación sigue siendo
rentable, “ en todos los sentidos: si mejora la cultura, mejora la
sociedad”.

Su opinión es importante
para nosotros

Hablamos con los vecinos

Mientras que algunos socios de la A.VV. Valle Inclán Prosperidad
reparte libros en la Plaza hablamos con las personas que se acercan.
Nos interesa su opinión sobre el reparto gratuito de libros, el
desalojo del local de la Asociación y en general lo que tengan que
decir.
Javier Martín
nos dice que no es socio pero que conoce la actividad de la Asociación.
Le parece mal el desalojo “porque
significa que os echa la Comunidad de Madrid”.
En cuanto
al reparto de libros le parece estupendo y que sea gratis más.
A Paloma y Ernestina
les parece bien la actividad de regalar libros a los vecinos. Lo que no
les parece bien es que la Comunidad de Madrid deje sin local a la
Asociación “que es de
interés para el barrio y nos quedemos con un espacio público menos”.

Añaden que “debemos
luchar para que no sucedan estas cosas. Hay que presionar a las
autoridades para que siga habiendo locales públicos -dicen-, además hay
muchos abandonados que se pagan con el dinero de todos y no es justo
que especulen con eso. Al fin de cuentas para lo que los quieren es
para especular, esto que se sepa”.

Dolores- es
del barrio de toda la vida y apoya la actividad de regalar libros para
fomentar la lectura para que los niños lean más y jueguen menos con las
maquinitas, en general apoya las actividades de la Asociación.
Sergio es de
Toledo y está de paso pero tras informarse de lo sucedido opina que “si la Comunidad va a mantener
cerrado el local, no pinta nada y lo que puede pasar es que lo
destrocen o que roben o que entre gente que no debería entrar”.

Elsa: Dice
que no le parece bien el desalojo del local, que la Asociación hace
muchas cosas buenas por el barrio, que es una gran pérdida que tenga
que trasladarse y que no se puede plantear.
Lita, dice
que es una pena el desalojo porque la Asociación de Vecinos Valle
Inclán es un referente del distrito. “En mi caso particular me abrió
un espacio, en mi condición de inmigrante de Perú”.
Nos
cuenta que la descubrió de forma casual y a partir de esa fecha se
enganchó, “hacen todo
tipo de actividades culturales, sociales, políticas -explica- y son
personas muy acogedoras empezando por la directiva, yo me siento muy
identificada y les debo mucho, ¿qué más puedo decir que me da pena y
que les deseo suerte en su nuevo camino.”

Olaya,
conoce la A.VV. Valle Inclán Prosperidad y participa habitualmente en
las actividades de cine. Reflexiona sobre la participación de los
jóvenes en las protestas por el desalojo de la Asociación y sobre la
situación en general “Hemos
pasado por momentos muy malos y pensábamos que todo lo que viniera
sería mejor, pero no todo lo que vino fue así. Ha habido un momento en
el que tocaba levantarse y que la participación de la gente sea tan
sumamente grande es importante. Yo he estado viviendo en Portugal y
allí se nota muchísimo la pobreza. Cuando volví a España y dijeron que
se iban a tomar las mismas medidas que allí me dije la gente tiene que
saber que esas medidas no funcionan. Han quitado todas las prestaciones
sociales y ¿cómo pretenden que un país se levante así?”

Olaya tiene 21 años, está en el último curso de carrera, y no ve muy
claro el futuro “es
duro, si quieren que trabajemos de voluntarios como decía a tu
compañera yo me ofrezco de Voluntaria toda la vida, pero del
voluntariado no se vive ni se come, pero que la gente haga sin ánimo de
lucro cualquier acción, bienvenida sea”.