El último Cine Forum del año en la A. VV. Valle Inclán de Prosperidad estuvo dedicado a la película Paisà del italiano Roberto Rossellini. Pertenece a la trilogía sobre las ciudades destruidas, también llamada trilogía del neorrealismo. La primera de las tres con las que oficialmente quedaba inaugurado el neorrealismo italiano, le siguieron Roma città aperta (1945), y, Germania anno zero (1947).

La película

En la primera y segunda películas, colabora con Sergio Amidei, comunista, guionista y ayudante de dirección. Sergio le infunde la confianza en el hombre nuevo. Y tratan de introducir un programa de la cultura en la Resistencia, con la que Rossellini colabora.

Foto de una imagen de la película

Pero Rossellini quiere hacer un cine más espontáneo. Para él, el neorrealismo, no es un mensaje, sino observar la realidad bajo un prisma microscópico. Quiere unos personajes reales; de ahí que termine odiando Roma ciudad abierta, sobre todo porque los dos magníficos actores que intervienen en ella, Ana Magnani, con la que, por cierto, tuvo un affaire amoroso, y Aldo Frabizi, le parece que sobreactúan. La característica principal del cine de Rossellini será unos actores no profesionales que interpretan unos diálogos “reales” y que no piensan que están actuando, algo que ya experimenta en Paisà.

La película está dividida en seis episodios, con actores no profesionales distintos para cada uno de ellos. El nexo es el avance angloamericano sobre la península itálica, que comienza en Sicilia y tras alcanzar Nápoles, Roma, Florencia, Emilia-Romaña, acaba en el delta del Po, en los días finales de la segunda Guerra mundial.

Paisà no es una película romántica. Es dura, muestra lo malo de la guerra o de las guerras en general. No se estrenó en nuestro país, la censura franquista no lo permitió, y tampoco merecedora, por lo NO visto, de pasarla por las televisiones. Así este evento ha constituído un hecho inédito en las actividades de nuestra Asociación. Lástima que la copia que hemos usado, y que debe de ser la única que existe, estuviera en no muy buenas condiciones. Pero en cualquier caso merecía la pena para observar de cerca la más neorrealista de las películas de Rossellini. Paisà fue presentada en el Festival de Venecia de 1946. Sin embargo es en París ese mismo año dónde los dos primeros films del neorrealismo, Roma y Paisà, aparecen ante la crítica francesa de Jean Renoir y la Nouvelle Vague, como la obra que representa un profundo cambio en la realidad cinematográfica.

El autor.-

Roberto Rossellini nace en Roma el ocho de mayo de 1906, en el seno de una familia millonaria. Su abuelo Zeffiro, de una familia de campesinos, y convertido en empresario, había construído el ferrocarril en Calabria y más tarde, edifica el barrio Ludovisi de Roma. Su padre, conocido como Beppino, contratista de obras y constructor del Corso Cinema, en la piazza de San Lorenzo, en el centro de Roma, es un empresario que tuvo otros tres hijos, Renzo, que por cierto también interviene en Paisà en la adaptación musical, y que fue el segundo de la familia, y las niñas Marcela y Micaela.

Alrededor de su padre, Beppino, se crea una atmósfera bohemia, compuesta de escritores, artistas, incluso nobles de la sociedad romana, conocida como El Cenáculo. A esta tertulia se permite la entrada a Roberto desde los trece años, y cuenta él que se le permitía expresarse para rivalizar en inteligencia con los mayores.

Un punto a destacar es el marcado carácter antifascista, imbuido por su padre, el liberal Beppino. Así cuando el 30 de octubre de 1922, Mussolini llega a Roma, y se asoma al balcón del hotel Savoia, justo enfrente de la casa de los Rossellini, rodeado de los Camisas Negras, aparece en su casa Beppino, que sin prestar atención a lo que está pasando y observando a sus hijos que se asoman al balcón a ver las multitudes, les indica con una sorna bien característica: “Niños recordad que el negro disimula muy bien la suciedad”.

Sin embargo a Roberto le toca vivir bajo el fascismo y cuenta él que, ya metido en el mundo del cine, éste era fascista hasta la médula, y tuvo que recurrir a toda su habilidad para no caer prisionero del sistema, incluso como él mismo dice “hacer contorsiones extraordinarias” que le llevan a hacer un cine realista, gracias al apoyo de Vittorio Mussolini, hijo de Benito, pero “escurriendose del sistema como una anguila”.

Una vez terminada la guerra y con el fin del fascismo en Italia, Roberto se plantea su segunda etapa, y comienza el llamado cine moderno. En 1945 realiza Roma città aperta y tras una pausa en 1946 en que realiza Desiderio, momento que aprovecha para romper su affaire con Ana Magnani y comenzarlo con Roswita Schmidt, actriz de este film, prosigue en 1946 con Paisà y en 1947 con Germania anno zero culminando su etapa del neorralismo.

El resto de su vida y obra se sale ya de este análisis, que continuaremos en otra ocasión con el inicio de la etapa con Ingrid Bergman.