Querido amigo cishetero*:

Te escribo con toda la rabia del mundo después de sentarme a valorar todo lo que está ocurriendo estas últimas semanas. Quizás has oído hablar del orgullo, las aglomeraciones de chueca o la decisión del alcalde Almeida de no poner la bandera arcoíris en el ayuntamiento. Y la verdad es que hay cosas más importantes, y es que nos están matando.

El colectivo LGBT pide auxilio después de ver día tras día noticias de palizas brutales, de todo un grupo contra una persona, de discursos de odio, de países que nos acorralan, de ministras que niegan nuestra existencia, de diputados cargando contra nosotras por “pedófilos” y de lo peor que puede ocurrir, que te quiten la vida, te MATEN por ser maricón.

Querido amigo cishetero, te pedimos compromiso, pues nuestra lucha no es por tener una semana de fiesta llena de arcoíris y maquillajes increíbles. Nuestra lucha es por nuestra existencia, por nuestra supervivencia, y ahí os necesitamos más que en las fiestas. Me choca, querido amigo, como cuesta hablar de esto cuando las cosas van mal, cuando hay que dar la cara por nosotras. Me choca, pero no me sorprende. Solo somos aliados LGBT para lo bueno. También me sorprende la reacción de mis propios compañeros gais, pues muchas veces les ha costado alzar la voz como hoy por las compas trans asesinadas. No te culpo, querido amigo heterosexual, porque también hay compañeros LGBT que solo están para lo divertido. Pero todas tenemos que asumir que necesitamos estar unidas y combativas.

El discurso de odio hacia nosotras, que no ha dejado de existir en ningún momento, parece que vuelve a ganar terreno. En España y en la Unión Europea, las que dan lecciones al mundo de libertad, igualdad y diversidad. Se habló mucho de la ley que censuraba al colectivo en Hungría. Toda la Unión se echó las manos a la cabeza, solo eso, pero se negaron a decir nada cuando Polonia creó las zonas de exclusión LGBT. Sí, como lo oyes, zonas donde no se “puede” ser. O cuando se descubrió la existencia de un campo de concentración para nuestras hermanas en Chechenia.

Mientras tanto, en nuestro país, en nuestra ciudad, se defiende el derecho a ser libre, libre de ser LGBT, Homófobo, bifobo o transfobo. La cosa es ser libres. Donde los que decían ser aliados, pactan abiertamente con nuestros atacantes. Con aquellos que defienden las leyes de Hungría, y que quieren quitarnos las pocas formas que tenemos de defendernos en nuestro país. Ellos, con su discurso, y el resto con su equidistancia, son los culpables de la situación que tenemos ahora.

Querido amigo cishetero, ¿Qué hacemos si nos pasa algo? ¿Si nos agreden por la calle? Si tenemos hasta agredidos por personas de uniforme. Sí, durante el orgullo un policía uniformado agredió a una pareja gay. ¿A quién acudimos? Solo nos tenemos entre nosotras. ¿No te sorprende que entre todas las aglomeraciones que ha habido desde que estamos en pandemia, solo en las del orgullo hayan sacado la porra? A mí me da que pensar.

Querido amigo cishetero, necesitamos tu compromiso, en las buenas y en las malas. Tu puedes hacer mucho, no permitas actitudes LGTBfóbicas en tu entorno, no te calles por eso de que no va contigo. Querido amigo heterosexual nos han puesto en la diana. Mujeres, LGBT y personas racializadas están siendo cazadas y perseguidas con sus discursos. Ayúdanos a que el miedo cambie de bando.

Querido amiga marica, queridas compas LGBT, reconstruyamos la lucha, y no nos quedemos en casa. Si nos tocan a una nos tocan a todas, no dejemos que el miedo gane esta batalla.

#JusticiaParaSamuel

#NiUnaMas

*No nos podemos olvidar de que hay personas heterosexuales dentro del colectivo LGBT. El prefijo “Cis-” indica no ser Trans. Las personas trans pueden ser heterosexuales o LGB.

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