Joaquin Roy

Miami, IPS – El resultado de los comicios municipales y autonómicos del 24 de este mes en España puede ser recordado en la historia como el principio de una nueva época de verdadera innovación.

Se duda que el acontecimiento se pueda convertir en una nota al pie de página de mínima y transitoria presencia en el devenir político desde la transición a la democracia. Pero subsisten numerosos enigmas para descifrar el impacto futuro.

De momento, el escenario es un compendio de aparentes paradojas. El gobernante Partido Popular (PP) ha salido vencedor en numerosos enfrentamientos, pero ha sufrido una considerable erosión de votos y ha perdido la mayoría absoluta en autonomías y ciudades emblemáticas. Ahora debe enfrentarse al desafío de otros partidos y novedosas formaciones, que formen coaliciones para lograr la investidura.

Mucho depende de la evolución del comportamiento de los partidos en los siguientes días, pero la novedad de la inserción de opciones adicionales para el consumo de los electores merece sopesado análisis.

El panorama general del voto municipal (en todo el territorio español) y el ejecutado en el entramado de las autonomías (excepto en Galicia, Cataluña, País Vasco y Andalucía, que disfrutan de convocatorias singulares por su especial estatuto) son dos aspectos de por sí objeto de estudio tradicional.

Pero el crucial voto en Madrid y Barcelona requiere un estudio concienzudo y su ubicación en reserva para repaso en los siguientes meses.

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