En una mañana primaveral, varios vecinos de Prosperidad, recorrieron el Parque del Retiro, desde la Puerta de Alcalá al Observatorio Real, visitando después los monumentos más emblemáticos.

El parque de El Retiro, siendo en origen un espacio real, es un Parque histórico. El rey Carlos III fue el primero en permitir el acceso de los ciudadanos al recinto, siempre que cumpliesen con la condición de ir bien aseados y vestidos. Después de la revolución de 1868, (la Gloriosa), los jardines pasan a ser propiedad municipal y sus puertas se abrieron a todos los ciudadanos.

Es la masa verde más importante del centro urbano, tanto por su extensión como por su riqueza vegetal. La diversidad en sus trazados responden a las distintas intervenciones según las etapas históricas. que cambiaron la fisonomía del jardín: apertura del Paseo de coches, en la antigua Ría grande y el Estanque de san Antonio de los Portugueses. Se colocaron las fuentes de los Galápagos y de la Alcachofa, erigiéndose también la fuente del Ángel Caído en los que estaba la Fábrica de Porcelanas. En el Campo Grande se edificaron el Palacio de Cristal y el Palacio de Velázquez.

Las últimas obras de ajardinamiento fueron ejecutadas por el jardinero mayor Cecilio Rodríguez, que diseñó la rosaleda y los .jardines que desaparecieron en la Guerra Civil, y aunque posteriormente se plantaron más de 4.000 rosales, en mayo de 1956 se inauguraba una nueva rosaleda en el Parque del Oeste de Madrid, ejecutada con arreglo a un riguroso criterio botánico para que en ella se celebrase anualmente el concurso de rosas.

Con anterioridad a la colocación del invernadero en esta zona se encontraba el lago de patinar, un lago artificial que se helaba en invierno.
Recientemente se habilitó, en recuerdo de las víctimas del 11M, el Bosque del Recuerdo.

Madrid contó, ya desde su origen, con numerosas puertas y portillos de acceso a la ciudad a través de su muralla. Las murallas y las puertas tenían un carácter de control fiscal de mercancías,( en las que se pagaban los impuestos) al mismo tiempo que defensivas.

El recorrido comenzó en la Puerta de Alcalá, que es en la actualidad uno de los referentes monumentales más relevantes de la ciudad. Obra de Carlos III, que decidió construir una nueva, tal como está actualmente, Se convirtió en la entrada principal de la villa y en uno de los monumentos más representativos de su reinado. además de las reformas que llevó a cabo en toda la zona este: Jardín Botánico, Paseo del Prado, fuentes de Cibeles y Neptuno, entre otras.

En ella no aparece el busto del Carlos III. Tampoco aparece mención explícita de algún hecho destacable de su reinado. en el frontón una inscripción en latín, en tres líneas: REGE CAROLO III – ANNO – MDCCLXXVIII.

Sobre la inscripción exterior figura un escudo de armas real sostenido por la Fama (representada sin su característica trompeta) y el Genio en forma de niño.. En la fachada interior, sobre los arcos laterales, figuran las cuatro virtudes cardinales representadas en cuerpos de niños: Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza. Estas representaciones alegóricas hacen referencia a las virtudes destacables en Carlos III.

Desde la Plaza de la Independencia, se pasa a los Jardines del Buen Retiro, que tienen su origen a mediados del sigloXVII, cuando el Conde-Duque de Olivares, valido de Felipe IV le regaló al Rey unos terrenos, en torno al Monasterio de los Jerónimos de Madrid, punto de partida del Palacio del Buen Retiro.

También se construyeron: el Teatro del Buen Retiro, el Casón del Buen Retiro, antiguo Salón de Baile con frescos de Lucas Jordán, el Salón de Reinos, en un ala del Palacio del Buen Retiro decorado antaño con pinturas de Velázquez y Zurbarán, entre otros; y los Jardines de posesión real.

Posteriormente, se recorrió la zona que, Fernando VII se reservó, entre las calles de O’Donnell y Menéndez Pelayo, donde construyó una serie de edificios de recreo, que aún se conservan, como la Casita del Pescador, y la Montaña artificial, llamada popularmente “de los gatos”. Cercanas a la Montaña artificial están las  Ruinas de la ermita de Ávila o Ermita de San Pelayo y San Isidoro, templo católico de origen medieval, de estilo románico edificada en Ávila. Con la desamortización se trajo a Madrid, y tras diversos emplazamientos terminó en el Retiro.

Continuando, se llega a la Fuente de los Galápagos, y siguiendo por el lateral del Estanque, al Paseo de la Argentina, vulgarmente conocido por el Paseo de las Estatuas. Al final del paseo se divisa la Puerta de España, obra de José Urioste y Velada, arquitecto y urbanista que acometió profundas reformas en Madrid, como el ensanche de la Gran Vía. Es la entrada a El Retiro desde la calle Alfonso XII, con una verja monumental diseñada por Agustín Felipe Peró.

Avanzando hacia el Estanque, se llega al Monumento al rey Alfonso XII, conjunto escultórico situado en el estanque, casi en el centro del parque del Retiro, a iniciativa de la reina madre María Cristina. Proyecto del arquitecto José Grases Riera Financiado por suscripción popular, inaugurado el 6 de junio de 1922.

En primer término aparece la estatua ecuestre del rey, fundida en bronce, realizada por Mariano Benlliure en 1904. En el basamento central, «La Paz», «La Libertad» y «El Progreso». En las escalinatas hacia el estanque, cuatro leones de piedra. Debajo de sus pedestales, en bronce, cuatro sirenas,, en el acceso central, en la columnata, «El Ejército» de Montserrat y «La Marina» de Mateo Inurria. En la cara interna, frente al estanque aparecen representadas, en bronce, «Las Ciencias», «La Agricultura», «Las Artes» y «La Industria».

Dejando el Estanque, se pasa por la fuente de La Alcachofa diseñada por Ventura Rodríguez, construida en 1781 para llegar al Palacio de Velázquez, construido en los años 1881 y 1883 para la Exposición Nacional de Minería. El arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, de quien toma nombre el palacio. Actualmente, y se encuentra dedicado a sala de exposiciones temporales del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

El Palacio de Cristal, es sin lugar a dudas el edificio más sobresaliente de los jardines. Junto con el lago artificial se levantó en 1887 para la Exposición de las Islas Filipinas, con flores diversas de ese lugar. Está rodeado de castaños de Indias, que acrecientan esa atmósfera de romanticismo de principios de siglo. Desde hace años contiene exposiciones temporales de arte contemporáneo. Dependiendo del Museo Reina Sofía.

En la plaza del mismo nombre se erige desde 1885 la Fuente del Ángel Caído, Consta de una escultura realizada por el madrileño Ricardo Bellver en 1877 y un pedestal diseñado por el arquitecto Francisco Jareño. En su parte inferior, los caños por los que mana el agua representan caras de seres infernales. De los pocos monumentos dedicados al diablo que existen en el mundo.

El paseo terminó, en el Observatorio Real construido en 1790 durante el reinado de Carlos III, a propuesta del célebre marino y científico Jorge Juan. Diseñado por Juan de Villanueva, representa la arquitectura neoclásica en España. Actualmente alberga una biblioteca y una exposición sobre antiguos aparatos científicos.

En 1904 el Observatorio se integra como una de las secciones del Instituto Geográfico Nacional (creado en 1870) del que, en muchos aspectos, había sido precursor En esta época se adquieren varios instrumentos de precisión y se realizan importantes observaciones, que forman parte del Observatorio Astronómico Nacional de España.