PRECARIEDAD LABORAL
Prospereando | 20/04/14 | editorial

Vivimos angustiados por el agobiante problema del paro y el incremento de la pobreza. Según una encuesta reciente, el 82 % de la población considera que el paro es la principal preocupación de los españoles.

Los comedores de Cáritas y de otras instituciones asistenciales están desbordados, en todos los barrios se han organizado bancos de alimentos con una notable colaboración de los vecinos, que el 35 % de los parados ya no percibe ninguna prestación, hay 650.000 hogares en los que ningún miembro de la familia tiene algún ingreso, que según Cáritas, un 30 % de los niños vive en la pobreza, el porcentaje más alto de Europa después de Rumanía.

Esta situación es dramática y no hay visos de recuperación a pesar de los discursos esperanzadores del Gobierno y del propio Rey, a pesar de algunos datos macroeconómicos, a pesar de que los balances de los bancos y las grandes empresas sean favorables.

Pero hay otro problema, la situación de los que tienen la suerte de tener un trabajo. Solo un 6 % de los nuevos contratos son del tipo fijo de plantilla, el restante, 94 % son temporales o a tiempo parcial.

Se está terminando tener un trabajo estable, tener un futuro asegurado, trabajar en la misma empresa toda la vida vinculándose a ella. Los que logran trabajar viven una situación de inestabilidad con un futuro incierto, saltando a veces de una empresa a otra e incluso cambiando de actividad. Cada vez son más numerosos los que han cursado unos estudios y después trabajan en las actividades más variopintas con un nivel profesional muy inferior al que se han preparado durante años.

Cada vez se reducen más los salarios, la gente pilla el trabajo que le sale sin mirar el sueldo o las condiciones laborales. Está apareciendo un nuevo sector de pobres, los pobres que están trabajando. Según Cáritas el 13 % de los trabajadores vive bajo el umbral de la pobreza. Se están haciendo desahucios de familias en las que hay un miembro trabajando pero que el exiguo salario no permite pagar la hipoteca.

Los economistas ortodoxos, que saben mucho y han hecho varios masters, nos explican las razones de esta situación. Consideran que las medidas que se están tomando son las únicas posibles, que tenemos un futuro esperanzador, que se creará empleo, que ya se está creando, pero siempre añaden que tendrán que pasar muchos años para que las tasas de paro vuelvan a ser asumibles.

Los que no sabemos economía solamente vemos que los ricos cada vez son más ricos, que la venta de pisos está paralizada pero el sector de mansiones exclusivas está pujante, que las tiendas de productos de lujo no cierran, que las colas en los comedores de Caritas cada vez son más largas.

No entendemos nada, creemos que esto no va, que tenemos un sistema económico insostenible, el afán de lucro, como sea, nos está llevando a un desastre.

Hay que recuperar el principio de solidaridad. El Art. 35 de nuestra Constitución proclama que “todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo… con una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia”. Este artículo no se cumple y tememos que no hay voluntad política de cumplirlo a pesar de los discursos. No es una prioridad.