Voy a dedicar este artículo a los que estamos pasando la pandemia sin salir de casa. No es mi intención referirme a esos ciudadanos ejemplares que por su trabajo, lo están dando todo a pesar de la infección que nos rodea; trabajos como la sanidad, los mercados y supermercados, guardianes del orden, empleados de las farmacias, del transporte, etc.

Pero estoy oyendo en radio, Televisión, prensa etc., el penar de muchos, por no salir de casa, incluso quejarse de los niños, que tienen que soportar, o el no saber que hacer, incluso decir abiertamente que resulta muy aburrido.

Bueno, sin hacer una crítica a su manera de pensar y de actuar, pienso que hay caminos que pueden llevarnos a ocupar esas largas horas de día o de noche, en que se nos han acabado los recursos para soportar el confinamiento. Vamos a ser creativos, y una de esas maneras es el ajedrez. Con este juego, se pueden pasar las horas muertas, se puede uno divertir, y se puede enseñar a los más pequeños. No es preciso saber mucho sobre el tema, porque el hecho de empezar a aprender nos lleva un tiempo que hace que olvidemos lo que hay fuera. Y sólo hace falta un libro y un pequeño tablero con sus piezas, para empezar a ocupar esta tarea. Y en caso de no tener ese libro y tablero, también tenemos en Internet una serie de programas de ajedrez, con los que podemos pasar ese largo tiempo y divertirnos. Además a esos niños de 6 años o más, les enseñamos a mover las piezas y luego a base de problemas tácticos, vamos viendo como progresan y les sirve no sólo como juego para estructurar su mente, sino que es una base para el resto de sus estudios, organización, sentido del orden, elección de la formas más positivas, etc, etc,.

Para los que ya saben un poquito, estudiar una partida, por ejemplo la que viene diariamente en algunos periódicos, va a llevar un buen rato, a veces horas. Porque nos sirve para estudiar esa apertura, o ese tipo de final. Así como el estilo de cada jugador.

Otra posibilidad es jugar alguna partida, bien contra el ordenador, bien contra algún contrincante. Hay páginas gratuitas que permiten entrar y jugar contra otros jugadores o contra la máquina. Con partidas de 15 minutos, nos sirve para realizar un buen entrenamiento.

Para los que empiezan hay libros muy básicos, como Principios de Ajedrez de Lasker, el libro primero de Teoría General del Ajedrez de Grau, o Mi sistema de Nimzovich; todos ellos nos sirven para pasar ratos muy distraidos.

Para los que ya conocen como mover las piezas, y saben jugar partidas, el mismo de Grau en sus tomos 2, 3 y 4, o las lecciones de Ajedrez de Gulko. Como veis no recomiendo libros de Aperturas, porque aprenderse de memoria ciertas jugadas no nos sirve de mucho, si luego en una partida el rival se sale del orden del libro y entonces no sabemos qué hacer. Lo mejor es aprender ideas. Claro que hay que conocer aperturas, pero con la idea estratégica, no con una memorización que no nos sirve más que para perder el tiempo. Lo mejor es mirar partidas jugadas por Grandes Maestros y sobre todo que tengan buenos comentarios, que puedan servir al que las lee, para aprender y progresar.

Y a los que ya saben más, lo fundamental es estudiar Finales. Para ello hay libros estupendos, pero el más básico, es el de “Los 100 finales que hay que conocer”, de Jesús de la Villa. Y también problemas tácticos, sobre todo tomados de partidas jugadas, más que estudios, que suelen ser díficiles y que no nos sirven tanto.

Bueno con todo lo dicho, ya cubrimos una gran parte del día y por supuesto nunca nos aburriremos.

Antonio Cruz González – Monitor de Ajedrez de la Federación Madrileña de Ajedrez

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