Tras la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo, saltó la alerta entre grupos, redes comunales y vecinos solidarios que se pusieron en marcha en ese mismo momento para identificar necesidades de personas especialmente vulnerables y tratar de solucionarlas. Son cientos las iniciativas que, desde que comenzó el confinamiento, están funcionando en Madrid para dar una respuesta, urgente y rápida, a los vecinos que requieren ayuda. Redes que se han ido creando de manera espontánea, agrupadas en torno a ciudadanos que comparten portal, que comparten una comunidad de portales o que comparten el mismo barrio. Iniciativas que llegan tan lejos como permite el estado de alarma; es decir, no más allá de 300 metros o no más allá del supermercado más próximo.

Siguiendo escrupulosamente los protocolos establecidos para evitar el contagio, los vecinos ayudan a los vecinos cuando se necesita y en lo que se necesite. Vamos a conocer cómo se está desarrollando el apoyo solidario en el barrio de Prosperidad, cuáles son las principales demandas a las que es necesario atender y cómo se va consiguiendo financiación para
atenderlas: esto, a través de la labor que están desarrollando tres colectivos: La Red de apoyo Prosperidad, la Asociación Jaire y Prospe 16. Tres ejemplos con los que salen a la luz los problemas que ha originado el confinamiento en los hogares y que se pueden resumir en:

  1. La imposibilidad de salir a la calle a comprar.
  2. La atención a los niños y adolescentes que deben seguir el curso escolar desde sus casas
  3. Y, lo más grave, la falta de recursos para poder hacer frente a las necesidades básicas.

Red de Apoyo de Prosperidad.

Importante aclarar que se trata de una red de apoyo mutuo entre vecinos. Es decir, te damos y esperamos tu colaboración de la manera que sea. La iniciativa parte de la Escuela Popular de Prosperidad, porque los que la han puesto en marcha están vinculados a este histórico centro que aquel 14 de marzo supo que tenía que reorientar su actividad para hacer frente a la gran crisis sanitaria. Así que se pusieron en marcha; carteles en farmacias, supermercados, en portales; carteles dirigidos a los que no podían salir de casa, para que contaran con ellos si necesitaban hacer la compra en el supermercado, o ir a la farmacia o salir a la calle para resolver lo que hiciera falta, como sacar al perro; y carteles dirigidos a voluntarios, a las personas que quisieran colaborar en estas cosas. En pocos días, ya se había creado una red de 150 voluntarios de edades entre los 16 y los 50 años que cada semana atienden 180 demandas de personas del barrio, en su mayoría gente muy mayor, mujeres solas y también de personas a las que se ha puesto en cuarentena y no pueden salir a la calle.

“El criterio que tenemos en cuenta a la hora de organizar el trabajo es que las personas que demandan algo y las que puedan darles respuesta vivan lo más cerca posible. Hay mucha gente que está muy sola en el barrio”, explica Manuel Pérez Acedo, uno de los impulsores de la iniciativa que trabaja pegado al teléfono y a una pantalla con un cuadro de Excel en el que figuran los hogares que han recurrido a ellos y los voluntarios con los que se puede contar. Estamos hablando de direcciones: calle, portal, piso. Y también de una tabla de horarios. Se necesita que todo esté perfectamente organizado. “Fundamentalmente, se hace la compra con el criterio de proximidad y se toman muchas precauciones para seguir los protocolos debidamente”, continúa Manuel, cuyo trabajo consiste sobre todo en estar enlazando voluntarios con personas que requieren asistencia, tratando de conectar proximidad. Es lo primero a tener en cuenta. La prioridad.

La Asociación de Vecinos Valle Inclán, cerrada desde el 10 de marzo debido a la pandemia, también se ha implicado en esta red. “La Escuela Popular, en el primer momento se dirigió a la Asociación Vecinal Valle Inclán de Prosperidad para pedir su colaboración en la formación de la red de apoyo que se estaba creando. Al no poder participar en la infraestructura por ser en su mayoría socios pertenecientes al grupo de riesgo, decidió contribuir, y solicitar a todas las socias y socios la colaboración personal y voluntaria en la red que la Escuela Popular estaba formando, en la que debían inscribirse personalmente”, explica Gloria Cacavanna, portavoz de la asociación.

“Aunque la sede está cerrada, desde el domicilio se sigue manteniendo el contacto con los socios, evidentemente de los que tenemos email, por wasap y teléfono. Creemos que, en estos tiempos de confinamiento, de soledad, todo apoyo es necesario especialmente para las personas que viven solas. Comunicamos los tristes fallecimientos de familiares de socios, al menos para compartir algo de compañía, y que sientan que, a pesar de la realidad, no están solos”, añade Gloria Cavanna como portavoz de la asociación.

Desde la Red de Apoyo de Prosperidad se organiza todo con sumo cuidado, siempre teniendo en cuenta las normas sanitarias que se deben cumplir para evitar la propagación de la epidemia. Por eso, se deja un sobrecito debajo del felpudo, que lo recoge el que deja las bolsas de la compra o de la farmacia encima de ese felpudo, también. Es como se hace siempre. “Todo se organiza por teléfono o vía electrónica; nunca nos hemos visto las caras. Estamos deseando que esto acabe para vernos las caras, conocernos”, nos cuenta Manuel.

Teléfono de la Red de Apoyo de Prosperidad: 91 562 70 19

ASOCIACIÓN JAIRE

Hasta que se declaró el estado de alarma, la actividad de Jaire consistía en dar apoyo a familias, a estudiantes y también a centros educativos, en todo lo que tiene que ver con la intervención socioeducativa de niños, niñas y adolescentes. Su cobertura está allá adonde no puede llegar la escuela y, por las razones que sean, tampoco los padres. Así, a lo largo del año, y a lo largo de sus 28 años de trayectoria, se han ido organizando talleres de todo tipo dirigidos a los chicos y a sus familias; antes del pasado 14 de marzo, los padres acudían con los niños a la sede que tienen en el pasaje de Pradillo número 12 para hacer los deberes del colegio; había también actividades centradas en el ocio, como campamentos o salidas y excursiones. Todo ello siempre relacionado con la misión de Jaire que consiste en trabajar con infancia, adolescentes y familias en situación vulnerable, para que nadie quede descolgado en la sociedad. Equidad e igualdad en la educación, promoción de los Derechos de la Infancia ése es el objetivo.

Como tantos colectivos, JAIRE también ha reconducido su actividad desde que entramos en la grave crisis sanitaria provocada por el coronavirus. Ahora, se pone el foco en los niños que necesitan recursos para sacar adelante el curso escolar desde hogares en los que el apoyo es imposible porque no se cuenta con las herramientas necesarias. No todos los padres pueden ayudar a resolver los deberes de clase. Ni tienen las herramientas necesarias para ello, y en muchos casos no están familiarizados con el envío de correos o las búsquedas en internet. Gestionar los deberes de sus hijos puede resultar algo muy complicado, aunque se disponga de un ordenador en casa. A partir de ahora, se tendrá que poner el foco en la alfabetización digital. Es algo que pasa mucho y en Jaire lo saben muy bien, porque en eso trabajaban a lo largo del año, antes de que existiera el coronavirus en nuestras vidas. Ahora toca hacer lo mismo, pero a distancia. Y se van reinventado cada día. Es muy normal tener que resolver los ejercicios del cole con un móvil, usando wasap. Lo de las herramientas digitales es un recurso estupendo, pero no cabe duda de que muchísimas familias, con las que trabaja JAIRE, requieren ayuda extra que pasaría por la educación digital de los padres y los hijos. De momento, y ahora en tiempos de covid19, hay que resolver con un simple móvil. Y en eso andan. Resolviendo como pueden.

“Las asociaciones somos las que estamos dando respuesta rápida a las necesidades que origina esta crisis”, comenta Marta Palacios, directora de JAIRE. “Esta crisis va a ser sobre todo una crisis sociosanitaria; y cuando se resuelva la parte que tiene que ver con la epidemia, la parte social va a ser lo más importante, lo más grave”, explica Marta Palacios, directora de Jaire. Marta cuenta que se ha puesto en marcha un blog en el que se comparten talleres para el aprendizaje que requiere el curso escolar, pero también se proponen recetas de cocina, o juegos. Y sabe, ya lo han comprobado, que los chicos lo comparten. Si antes trabajaban con un grupo de 70 estudiantes, ahora ese número se ha multiplicado.

“Estamos haciendo un seguimiento semanal a las familias en todos los ámbitos”, expone Marta. Se refiere a que desde JAIRE se está tratando de conocer la situación que ha provocado el coronavirus en las familias con las que trabajan. De entrada, ya detectaron la urgente necesidad de hacer llegar alimentos a varias de ellas. Si antes del 14 de marzo era complicado llegar a fin de mes, ahora es imposible en muchísimos casos. Para dar respuesta a necesidades urgentes se ha creado un banco de alimentos. Los recursos con que viene trabajando la propia asociación no son suficientes ahora para abarcar las crecientes peticiones que les transmiten familias del barrio. Por eso se abrió un crowdfunding. “Hicimos una lista de familias con necesidades urgentes. Estamos haciendo un reparto a 170 personas con necesidades urgentes a los que podemos ayudar con nuestros fondos, con lo que vamos sacando del crowdfunding y de otras aportaciones, como las de la Fundación Educo”, señala Marta Palacios.

JAIRE moviliza en estos tiempos de coronavirus unas 30 personas. En unos casos, se trata de voluntarios que van atendiendo a los estudiantes vía telefónica, ayudando en las cuestiones que tienen que ver con el avance del curso escolar; hay cuatro voluntarios que salen a hacer la compra para luego organizar las bolsas que se reparten desde la sede a las familias que necesitan alimentos, acción que se lleva a cabo en colaboración con Prospe 16. Hay también personas que llevan esas bolsas de alimentos y primeras necesidades a los hogares en los que nadie puede salir a recogerlas; otros, se encargan de organizar estos paquetes según lo que requiere cada familia. ¿El contenido? En general alimentos no perecederos, como arroz, legumbres, pasta y productos de higiene y limpieza. También incorporan aceite, cuando hace falta y verduras frescas que proceden de huertos urbanos. Es importante señalar que dos huertos urbanos de Chamartín, Cuarenta Fanegas y Tómatelo con Calma, están colaborando con el banco de alimentos que se gestiona desde JAIRE en colaboración con otros grupos de vecinos, donando verduras frescas.

Por último, decir que en estas semanas de confinamiento se han puesto en marcha iniciáticas espontáneas desde las redes sociales partiendo de JAIRE. Por ejemplo, una madre que puede ayudar como logopeda; otra que puede colaborar en otro tipo de ayuda, artes plásticas o música. Y, por supuesto, apoyo psicológico allá donde se necesite. En ese sentido, se ha puesto en marcha un seguimiento psicológico de las familias con las trabaja JAIRE. Cuando se vuelva a la nueva normalidad, habrá que tener muy en cuenta estas aportaciones.

Para colaborar en el crowdfunding: migranodearena.org

Otros enlaces de interés:

PROSPE16

Un grupo de gente muy joven, unas quince personas, de edades que corresponden a los universitarios, y vinculadas a movimientos feministas y antifascistas que trabajan en el barrio de Prosperidad desde hace cinco años. Su foco estaba puesto en el banco de alimentos. Es decir, identificar a familias o a hogares que no pueden cubrir sus necesidades básicas y ayudarles. Cada dos semanas, los voluntarios de Prospe16 estaban en un supermercado que está en la plaza de Prosperidad, recogiendo alimentos para hogares que, en su mayoría, estaban formados por personas mayores que recibían pensiones muy bajas (no contributivas) o familias con problemas para poder hacer frente al alquiler. “Cada caso es diferente”, dice Edurne Batanero, de este colectivo. “Lo que siempre hemos intentado es que todo tuviera alguna vinculación con el barrio; bien por domicilio o por trabajo”, añade.

Antes del 14 de marzo, Prospe16 atendía a unas 15 o 20 personas cada dos semanas. Eran las que se acercaban a solicitar alimentos cuando las veía en la puerta del supermercado desde el que gestionaban el reparto. Ahora, desde que irrumpió la crisis sanitaria por el coronavirus, reparten cincuenta bolsas de alimentos cada semana. Cincuenta bolsas que las voluntarias de Prospe16 preparan pensando en a quién van dirigidas: cuantas personas forman la familia, si en la familia hay niños, si son niños recién nacidos…. El tema de los niños o de los bebés les parece muy importante y lo manejan con sumo cuidado. “Hay que prestarles mucha atención. Es crucial una buena atención y alimentación en la infancia para el desarrollo en el futuro”, expone Edurne.

Así, cada semana Prospe16 reparte ahora esas cincuenta bolsas con alimentos y productos de primera necesidad, lo que supone realizar una compra semanal de unos 400 o 600 euros. ¿De dónde proceden los fondos? Ellas mismas están sorprendidas de la respuesta que han obtenido de otros colectivos como de Demencia, ese histórico grupo de estudiantes que forman la hinchada del Estudiantes, que se ha volcado en la iniciativa, junto a otras donaciones de particulares. Ellas mismas están sorprendidas con la respuesta que están teniendo. “La gente está respondiendo muy bien”, dice Edurne.

Toda la logística para el reparto se hace en colaboración con Jaire y desde su sede. No es sencillo organizarse para ir dando paquetes sin que existan aglomeraciones, sin roces. Por eso, para la recogida, se asigna a cada persona una hora concreta. Nuevamente, se trata de cumplir a rajatabla las normas para que no haya contagios. Antes, las voluntarias de Prospe16 han organizado los paquetes teniendo en cuenta a quién van dirigidos: leche, arroz, legumbres, pasta, galletas, verduras de los huertos urbanos; huevos, patatas, aceite, detergente o champú, si es que toca…

Donaciones para el banco de alimentos que gestiona Prospe16:  ES40 0182 7911 6902 0155 1622

OTRAS INICIATIVAS
Aunque el Foro local y las Mesas no pueden reunirse presencialmente, algunos voluntarios de las mismas han recogido los recursos disponibles en papel, con el fin de llegar a todos los que tengan dificultad en la utilización online.

Guía de Recursos durante el coronavirus. Distrito de Chamartín y las personas mayores:

Documento completo: Documento guía de recursos

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