Un jueves de febrero visitamos la sede del Defensor del Pueblo. Nos recibieron en las dependencias de la calle de Zurbano nº 42, dónde nos informaron del cometido institucional, y su funcionamiento:

La figura del defensor del pueblo nace en Suecia en el siglo XIX y figura en su Constitución, bajo el nombre de Ombudsman, que significa «representante», extendiéndose en el resto de Europa occidental en la primera mitad del siglo XX después de la II Guerra Mundial.

En España se creó en la Constitución de 1978, en el Artículo 54 que se desarrolla con la Ley orgánica LO 3/1981, de 6 de abril de 1981 para la defensa de los derechos comprendidos en el título I de la Constitución: De los derechos y deberes fundamentales

El grupo

Su designación se lleva a cabo por una comisión mixta del Congreso-Senado. Una vez elegido deberá tomar posesión ante ambas Cámaras reunidas conjuntamente.

La elección es por un periodo de 5 años pudiendo ser reelegido. Hasta la actualidad ha habido 5 Defensores del Pueblo.

Es una institución sin competencias ejecutivas, por tanto su fuerza es más bien persuasiva y política debido a que sus informes a las Cortes Generales no tienen carácter vinculante, sino meramente informativo y de recomendación; no obstante, tiene capacidad para investigar y todas las instituciones interpeladas están obligadas legalmente a colaborar sin ninguna limitación o reserva puesto que sería considerado delito.

Los ciudadanos que se dirijan al Defensor deben presentar las quejas por escrito indicando nombre, apellidos y domicilio, indicando si afecta a alguna Administración, organismo estatal o institución.

Su competencia va desde la solicitud de aclaración de un acto de la Administración por petición de un ciudadano, como la presentación de un recurso de inconstitucionalidad, que deberán ser tramitados en un plazo no superior a un año.

También puede poner en conocimiento del Fiscal General del Estado los hechos delictivos de los que tuviera conocimiento.

A continuación fuimos paseando por la calle de Eduardo Dato hasta el Palacio del Marqués de Bermejillo. Ver: Palacio de Bermejillo

La visita al palacio.

En las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX, se dio en Madrid un resurgir de los estilos arquitectónicos de siglos anteriores, concretamente gótico, renacimiento y mudéjar que dieron a Madrid un aire de gran ciudad. Este eclecticismo dio lugar a un estilo propio al que se deben edificios tan emblemáticos como el antiguo Ministerio de Marina, El Palacio de Comunicaciones y el Banco de España entre otros.

Francisco Javier Bermejillo y Martínez-Negrete fue gentilhombre de cámara con ejercicio del Rey Alfonso XIII, quien creó para él el marquesado de Bermejillo del Rey. Casó con Julia Schmidtlein y García-Teruel, Dama de la Orden de María Luisa.

Fue la marquesa quien encargó la construcción de un palacio de estilo plateresco a los arquitectos Reynals y Guitart Trulls; no obstante, al no ser la decoración de su gusto se lo encomendó a Eladio Laredo, que había adquirido gran renombre al representar a España en la Exposición Universal de Roma en 1911 en estilo Monterrey que se había convertido en el arquitecto preferido por las clases dominantes, quién renovó la fachada incluyendo galerías, torres, rejerías, motivos heráldicos y gárgolas aunque respetó la estructura.

El palacio se inspira en otros renacentistas y muy especialmente en el Palacio de Monterrey de Salamanca, Los Guzmanes de León y El Alcázar de Toledo.

Escalera entrada

Se entra al edificio desde la calle Fortuny a través de un zaguán con doble escalera de forja de hierro y bronce. Tras atravesar una puerta de madera del siglo XVIII se llega al patio central cubierto por una lumbrera de cristal que ofrece luz natural al interior.

De frente tras una maravillosa verja de forja de hierro se encuentra la pieza principal del palacio: el despacho de la defensora del pueblo, antiguo comedor de gala, que al estar ella ausente, pudimos admirar desde dentro tanto los bellísimos cuadros cedidos por el Museo del Prado como su elegante y rico mobiliario.

Patio Escritorio

Este patio que servía de comedor y salón de baile tiene una chimenea retranqueada tras una especie de capilla o pórtico de arco rebajado y flanqueada por dos columnas salomónicas doradas.

Chimenea

A los pisos superiores se accede por una preciosa escalinata renacentista que al igual que el resto del edificio exhibe una colección de maravillosos cuadros también cedidos por el Museo del Prado

En el primer piso recorrimos el claustro de columnas rematadas por capiteles corintios, arcos platerescos y balaustrada en rejilla cuadriculada que ofrece una gran belleza al conjunto.

Escalera Ventana

En el salón de reuniones, antiguo comedor de gala, se encuentran los retratos de todos los defensores que han pasado por la institución.

Patio Lucernario

También pudimos visitar las piezas que servían de dormitorios a la familia, convertidos en despachos de los empleados de la institución. Desde la magnífica terraza del dormitorio del marqués, pudimos contemplar el jardín y la antigua entrada de coches.
Las ventanas con vidrieras emplomadas representando flores de colores, grecas y escudos heráldicos imaginarios ya que no pertenecieron a ningún noble, completan la decoración de esta zona de la casa

Únicamente el blanco brillante del estuco con el que está realizado todo el entorno delata el anacronismo de su creación.

Mesa Escritorio

La ornamentación del palacio proviene de conventos expropiados con la Desamortización de Mendizabal, costumbre que llenó los palacios de la época. Así podemos ver puertas de cuarterones exquisitamente tallados, artesonados mudéjares, azulejos sevillanos, forjas artísticas de gran finura, suelos de cerámica y una chimenea completa decorada con cerámica de Talavera de los siglos XVII y XVIII en la biblioteca.

El último piso dedicado a las habitaciones de la servidumbre también ha sido habilitado como despachos.

Antes de marcharnos pudimos visitar en un semisótano la biblioteca reconstruida en uno de cuyos lados se ha recuperado una preciosa chimenea de cerámica de Talavera de la Reina y forja artística reconstruida a partir de los fragmentos que quedaban.

ArtesonadoChimenea

Este palacio cambió de propietario pasando a pertenecer a María Bouza de ascendencia vasca nacida en Uruguay que fue mecenas de artistas llegando a poseer una buena pinacoteca que ya no existe. También se convirtió en un punto de encuentro dónde tenían lugar interesantes tertulias de intelectuales.

Durante la guerra de 1936 fue cedido a Checoslovaquia a la que sirvió como protección.

ChimeneaForjado

En 1963 fue adquirido por una empresa mercantil siendo vendido el año siguiente al ministerio de Educación. A partir de entonces ha sido destinado a diversos fines: patronato de la infancia de educación especial y maternidad, por ejemplo, llegando con el tiempo a sufrir un profundo deterioro.

En 1982 se decidió rehabilitarlo encomendándoselo al arquitecto José Ramos Illán para dedicarlo como sede del Defensor del Pueblo, quién creó la cúpula de cristal soportada por una bella geometría y elevó la altura del último piso, entre otras muchas cosas, devolviéndole el antiguo esplendor.

Ya en la calle pudimos contemplar el palacio de Guillermo de Osma que se encuentra justo enfrente.