Después de dos años de pandemia, han regresado al Parque de Berlín las Fiestas del Distrito de Chamartín, antiguamente denominadas Fiestas de San Miguel, ya que son coincidentes con el veranillo de dicho nombre, a finales de septiembre.

Este año han tenido una duración, diré que excesiva, ya que han consistido en un fin de semana y una semana más, la actividad en las caseta era difícil de mantener dado que son llevadas por asociaciones vecinales y partidos políticos que tienen que contar con la voluntad de los socios, socias y afiliados, que, el que más y el que menos, tiene que hacer frente a otras ocupaciones y responsabilidades.

En concreto en la caseta de la Asociación Valle-Inclán, los días festivos han transcurrido con gran éxito debido a la colaboración solidaria de muchos grupos de los allí presentes, que, con una excelente actitud de vecindad, han trabajado al unísono con la Asociación.

Son días de encuentro, de fortalecer relaciones e iniciar otras nuevas, que en el barrio son tan importantes, y más en este tiempo de “individualismo a ultranza” y de soledad. También son días de alegría y tiempo vacacional.

Dentro de la caseta reinaba un trabajo bien distribuido que, entre todos y todas, emulaba a un trabajo auténticamente profesional e intergeneracional.

Parece que las atracciones no han sido muy valoradas, así como la preparación de las Fiestas, a la que, en boca de algunos de los concurrentes, le faltó coordinación y participación vecinal. Todo esto se podrá subsanar con la nueva Ordenanza Municipal de Fiestas y Festejos de Distrito, ya que las actuales vigentes son del 30 de julio de 1998.

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