Un showman en la Casa Blanca
Prospereando | 11/11/16 | editorial

No entraba en las encuestas el triunfo de Donald Trump. Un candidato xenófobo, sexista, descalificador de latinos, afroamericanos o musulmanes, que se ha comprometido a echar del país a once millones de personas sin papeles, que se ha propuesto construir un muro a lo largo de toda la frontera con México, que niega el cambio climático, que tiene un discurso soez, vulgar y excluyente, que ha obtenido una victoria sin procedentes y es el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Debemos añadir que el partido republicano, al que pertenece, tiene también mayoría en el Senado y en el Congreso.

El señor Trump ha sabido conectar con el electorado mayor de 45 años, blanco, trabajador de zonas obreras deprimidas, de granjeros olvidados, con estudios básicos. En plena campaña dijo una frase: "me encanta la gente que no tiene cultura". Hablaba a la gente del llamado "cinturón oxidado", el de esas ciudades que han visto que sus industrias de coches, de siderurgias, se desmantelaban y cerraban perdiendo casi todo.

Su discurso durante la campaña se redujo a cuatro ideas: hacer Estados Unidos más grande, acabar con la corrupción de la política en Washington, quitarle los puestos de trabajo a las minorías para dárselos a ellos, darles un futuro de esperanzas, ante un presente sombrío y reírse del stablishment, (casta)..

La candidata Hilary Clinton, hizo una campaña a la defensiva ante el vocerío populachero de su contrincante y la acusación de utilizar su correo privado para asuntos políticos. Su discurso estaba bien armado, racional, educado, pero no tocó la fibra sensible de los electores. Incluso le votaron menos mujeres que a Obama. El "yes, we can" del casi ex presidente caló hondo. Clinton no tenía ninguno. Los votantes tampoco olvidaron que la candidata demócrata pertenecía al stablishment, que era la preferida por los lobbies financieros más poderosos del país, que su mochila política tenía algún peso indeseable: fue una firme defensora de la guerra con Irak, se olvidó del pueblo palestino para favorecer a Israel y su Fundación Clinton está llena de controversias. Un candidato era odiado y la otra era poco querida.

¿Qué hubiera ocurrido si el partido demócrata hubiera dejado que se presentara el Sr. Sanders? Las elites financieras y políticas impusieron a Hilary Clinton. Quizás Sanders, con un pasado irreprochable, y un discurso más vibrante hubiera sido capaz de apagar el vocerío de Trump.

El presidente electo se declara a favor de una economía proteccionista, qué ocurrirá con el TTIP, ¿Que puede hacer este showman en el Despacho Oval ante las grandes corporaciones económicas y financieras? Las empresas armamentísticas, farmacéuticas y de construcción se frotan las manos, les ha prometido más oportunidades y mercados.

Mientras, México se estremece, la prepotencia verbal del Sr. Trump contra los mexicanos ha sido inaceptable e injusta y con la llegada del nuevo inquilino a la Casa Blanca, ha visto que su moneda perdía valor hasta niveles no recordados.
El tablero político juega con una ficha desconocida.