El caso de Ana Obregón se inscribe en un debate más ancho sobre ciencia, deseo y derecho. El principio es claro: ni debemos ni es nuestro derecho hacer todo lo que la ciencia y la tecnología nos permiten. Leer más…
La situación es dolorosamente clara. Podemos soñar y debemos seguir soñando con todo, pero en ese ínterin que llamamos presente estamos obligados a defender al menos un poco, algo, el milímetro que aún no nos han quitado o el que vamos trabajosamente ganando. Leer más…