
La mañana del 28 de octubre de 2010 en el Ayuntamiento de Madrid se habló de la Asociación de Vecinos Valle Inclán de Prosperidad.
“En el pleno del día de hoy, 28 de octubre de 2010 del Ayuntamiento de Madrid, el Partido Socialista e Izquierda Unida de forma conjunta han preguntado sobre el desalojo que la Comunidad de Madrid infringe a la Asociación de Vecinos Valle Inclán de Prosperidad.”
En primer término Ángel Lara de Izquierda Unida hacía un balance de la labor de la Asociación en los últimos treinta años, y consideraba un despropósito la recuperación del local por parte de la Comunidad y pedía soluciones extraordinarias para una situación extraordinaria como la que estaba atravesando la Asociación de Vecinos Valle Inclán de Prosperidad, de igual modo hizo referencia a las declaraciones del señor Villanueva, por las que reconocía la labor y la trayectoria de la Asociación.
Ángel Lara pedía la mediación del Ayuntamiento de Madrid, tanto para evitar el desalojo como para conseguir un local público en el que la Asociación pudiera continuar con sus actividades en el barrio.
Isabel Vilallonga resaltaba la poca sensibilidad ciudadana del Partido Popular, y aseguraba que dicho partido político pretendía hacer desaparecer del distrito de Chamartín una asociación muy activa, crítica e independiente.
El Ayuntamiento de Madrid votó de forma unánime a FAVOR del “Reconocimiento de esta Cámara a la labor social, cultural, reivindicativa y vecinal que lleva realizando en el distrito de Chamartín, Barrio de Prosperidad en los últimos 35 años la Asociación de Vecinos Valle Inclán de Prosperidad.”
Aunque a continuación el Partido Popular votaría EN CONTRA tanto de la mediación del Ayuntamiento de Madrid en el conflicto que la Asociación mantiene con la Comunidad como de facilitar un local a la entidad si el Juzgado lleva a cabo el desalojo.
Los socios se quedaron con el reconocimiento unánime del Ayuntamiento de Madrid a la labor en el barrio de una de las Asociaciones más antiguas de Madrid, aunque este reconocimiento no evitaría el desalojo de su sede.
Un bonito epitafio por una muerte, para algunos anunciada.
Y como dijo Groucho Marx: DISCULPEN QUE NO ME LEVANTE.