Un año más llegaron con San Miguel, las fiestas del distrito de Chamartín.

En esta ocasión el “veranillo” ha acudido puntual a la cita y durante estos días nos ha acompañado.

La Asociación vecinal Valle-Inclán tuvo suerte en el sorteo de casetas previo, ocupando un espacio central frente al escenario del Auditorio, aunque, en determinados momentos se añadieron, muy cerca juegos infantiles “hinchables” que interrumpían la tranquilidad que busca la Asociación en sus encuentros y en ocasiones algunas actuaciones programadas.

Han sido días de diversión, compañerismo y trabajo, tanto dentro de la caseta como en relación con otras asociaciones y partidos políticos que llenaron junto a las atracciones infantiles todo el recinto ferial en el Parque de Berlín

Días en los que han acudido a tomar cañas, copas, salchichas alemanas, lomo y otros manjares, muchas personas amigas, conocidas, que aprovechan esta festividad para múltiples reencuentros y disfrutar de buenos momentos, no muy abundantes en la acelerada vida cotidiana madrileña.

El pregón estuvo a cargo de la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de la UPM, seguido de un saludo de la Presidenta de la Junta Municipal, durante el que se sucedieron consignas solicitando el mantenimiento de los Centros de Igualdad de Madrid y un clamor pidiendo el final del genocidio palestino, que fue silenciado por la policía que tomó el nombre de algunas de las mujeres que ponían su voz y su cuerpo, en nombre de todas las personas que defendemos los más elementales derechos humanos.

A partir de esta inauguración del jueves, se fueron sucediendo durante los tres días siguientes diversidad de conciertos, concursos, juegos infantiles y concretamente los organizado por la Asociación Valle-Inclán el juego de “Colorín Colorado”, Burbuaventura, con burbujas de jabón y agua en los que participaron muchos niños.

Se echó en falta la limitación acústica, y no se respetó la “hora silenciosa” solapada el domingo al medio día por el ensayo de la banda que actuaba por la noche. En el futuro seguiremos solicitando la conveniencia de ambientes más considerados.

Estuvo con la Asociación Valle Inclán-Prosperidad la Escuela Popular, que además de colaborar en los turnos normales, la mañana del sábado nos ofreció una degustación de comida vegana que resultó, como es ”natural” y ya sabido, un éxito. Riquísima.

Contamos también con la colaboración de socios y amigos de la Asociación para la atención en barra fue muy de agradecer especialmente a las horas de intenso trabajo.

Las noches no estuvieron exentas de grupos de jóvenes, muy jóvenes que irrumpieron gritando consignas franquistas que fueron acalladas.

Por primer año y junto a nuestra caseta, se dispuso de una mesa de reclamaciones a Sanidad y se recogieron firmas.

Se resaltó con múltiples carteles la labor de la Valle-Inclán, sus actividades y sus reivindicaciones más importantes: Sanidad, Vivienda, Stop Formula1 Madrid y cese del genocidio que se perpetra contra el pueblo Palestino.

Finalizaron las Fiestas el domingo, nos retiramos con buen sabor de boca y un poco de cansancio. Y como de Sísifo, dijo Camus, dichosas y dichosos.

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