El caso de Ana Obregón se inscribe en un debate más ancho sobre ciencia, deseo y derecho. El principio es claro: ni debemos ni es nuestro derecho hacer todo lo que la ciencia y la tecnología nos permiten. Leer más…
La situación es dolorosamente clara. Podemos soñar y debemos seguir soñando con todo, pero en ese ínterin que llamamos presente estamos obligados a defender al menos un poco, algo, el milímetro que aún no nos han quitado o el que vamos trabajosamente ganando. Leer más…
Es fundamental que las mujeres reivindiquen su deseo, y el derecho —aún más— a tomar la iniciativa, pero no debe hacerse a expensas de la voluntad, la única facultad que admite un reconocimiento legal. Leer más…
Frente a la ‘realpolitik’ hay que reivindicar la ingenuidad y la hipocresía. “Ingenuo” es creer en los derechos humanos y la democracia; “hipócrita” es cualquier negociación y el respeto a la legalidad internacional. Necesitamos más “ingenuidad” e “hipocresía” y menos audacia y cinismo. Leer más…