Hermanas y hermanos, amigas y amigos: Mientras las bombas israelíes caen sobre Gaza aniquilando a familias enteras (ya eliminó a 14), tirando abajo edificios de varios pisos y arrasando con la población y la infraestructura básica de ese enclave bloqueado por Israel por aire, tierra y mar desde hace 14 años, quisiera recordar que la violencia del oprimido no es comparable a la violencia del opresor; la primera es la reacción desesperada de un pueblo sometido por más de siete décadas a un régimen de limpieza étnica, ocupación militar, colonización …