Luces de pandemia VII
Prospereando | 02/05/21 | opinión

Stela Más y La Latina, andan de cañas por las terrazas de Madrid

Stela.- Estamos acercándonos a los momentos de reflexión, Latina.

Latina.- A ver si hay una inflexión en el último momento. ¡Con presión, por favor! Me refiero a la caña, me gusta con presión, me hace sentirme más libre.

Stela.- Para mí un vermú de la casa, con aceituna, que no me hará libre, pero es lo que me apetece en un día de primavera como el de hoy.

Latina.- Es un día óptimo para filosofar mientras hacemos barra libre sentadas en la terraza y preguntarse sobre la deriva del ser humano.

Stela.- Opino que el ser humano es como un sillón con cuatro patas: su entorno laboral, social, familiar y mediático puesto en unos u otros lugares según conveniencia ajena.

Latina.- Larga reflexión. ¡Otra caña doble, camarero! Ortega lo supo expresar con menos palabras: “Él y sus circunstancias”. ¡Por favor, nos pone unas bravas!

Stela.- Pero las circunstancias cambian con el tiempo; no es lo mismo querer tomar Moscú, con mulos que con tanques.

Latina.- Aunque el resultado, en ocasiones, es el mismo. Por eso hay que aprender de la historia y su memoria.

Stela.- Por eso hay que hacer siempre lo contrario de lo que te pautan, para sentirte libre y porque lo mismo las circunstancias pueden jugar a tu favor. Todo es cuestión de conocer los puntos flacos de los demás. La masa humana busca al “Salvador”, porque existe la pervivencia ancestral de la creencia en ese ser que te hará feliz y te llevará a la libertad. Siempre habrá Moisés a los que seguir.

Latina.- Si lo planteamos desde la no retórica o el arte de no decir ni persuadir, tienes razón, en el día a día mundano y casquivano, puede que sea así. Yo soy más de pensar, con perdón, en que los seres humanos de por aquí son más de que se lo den todo hecho, exprimido y cocinado y luego, con el tiempo, estresarse y protestar. Son más de poner soluciones a posteriori, que son las que no sirven para nada.

Stela.- Pero eso es porque el humano de por estas tierras es muy emocional. Está condicionado por sus emociones. Primero se cansa de escuchar palabras huecas y se las pira, pongamos por caso, de las urnas, y luego cuando aprecia que le toman el cabello, se revela cual cosaco del Kazán, se enfada, se estresa, se fatiga y sigue sin hacer nada más que vociferar. Falta de pensamiento crítico. Lo de siempre. ¡Camarero!

Latina.– Cuando veo pasar a tanta gente pienso que, la mayoría, solo ven lo que pasa por delante de ellos y apenas unos pocos ven por qué está pasando.

Stela.- De todos los que pasan delante de nosotros, el 40% votará sí a las plazas de toros y las misas y olvidará a las musas: librerías y los teatros, como dijo la exjueza que gobernó Madrid.

Latina.- Me sigue viniendo a la cabeza aquello de “La banalidad del mal”.

Stela.- ¿Piensas en Hannah Arendt y lo que escribió en su libro Eichman en Jerusalém?

Latina.- Sí, me pregunto, así como la que no piensa en nada: ¿habrá un día que les de por pensar en serio sobre su opción social para pueblos y barrios?

Stela.- No creo que de momento exista la opción de ese viaje introspectivo en la mayoría de los que pasan por delante de nosotras.

Latina.- Cierto, solo aparece en las gentes cuando ocurre el desastre y se encuentran con la verdad. Con el hecho innegable. La ruptura de la sociedad, o cuando la aplastante bota de la lógica democrática les pone en el trance de la razón. Mientras tanto, la banalidad del mal seguirá fluyendo sin reflexiones que los frenen.

Stela.- ¿Insinúas que la conciencia de muchos vecinos está de vacaciones?

Latina.- O de cuarentena con sus caceroladas ¡Camarero, cóbrese!

Stela.- Es posible que les hagan cambiar la conciencia por el juego de las emociones.

Latina.- No sé muy bien a qué te refieres cuando dices que juegan con las emociones, ¿quiénes, los políticos? Nos vamos a otra terraza, en esta ya nos ha visto mucha gente.

Stela.- Venga, vamos. Sí, los políticos en campaña nos ven de la misma forma que las agencias de publicidad. Es un hecho. Les han enseñado a cocinar unos caldos espesos a base de sentimientos primarios sazonados con esperanza. Eso es lo que les impide a los humanos utilizar la lógica y la razón, reflexionar sobre los pros y los contras. Con estos caldos les hacen entrar al trapo de lo irracional. ¿Nos quedamos en este tabernáculo de la libertad?

Latina.- Sentémonos aquí que huele a callos que alimenta, debe ser el caldo que llevan. Lo que ocurre en la política es que te marean con tontunas más pesadas que una telenovela turca y te ofrecen pocas soluciones sociales, y las pocas que dan están vestidas de engaño, como eso de bajar impuestos sin decir que solo se hará realidad en las grandes fortunas y con ceguera. Ya me dirás el corte de luz en la Cañada Real…

Stela.- ¡Una caña doble y un vermú, por favor! Lo que te decía, que entramos al trapo porque no se analizan las propuestas, no hay critica ni lectura de programas en los que venga todo bien prometido y estructurado como en un Pert, y no me preguntes que es eso; es un diagrama de flujos en el que se indica desde que se comienza el proyecto, sus fase y calendario hasta su final. De esta forma la mentira por incumplimiento sería más gorda, porque al estar más elaborada en cuanto a métodos y tiempo no quedaría como un devaneo, sino como algo más serio, ¡Camarero, unos callos y el aperitivo!

Latina.- ¿Insinúas que nos torean con banderolas, postureo y patrioterismo marchito?

Stela.- Eso mismo y con pocas acciones que frenen el desempleo estructural del país. ¿Es normal que se base una economía regional en sol, hostelería y hospedería y se tenga que pedir mascarillas a otras etnias? Aquí no tenemos proyectos de economía social ni empresarial desde que fulminaron a Julio César en Roma.

Latina.- Pues hasta es posible que el tiempo de pandemia abra un nuevo espacio de comprensión. La gente emigra a bares de otras localidades más pequeñas y acogedoras y de espíritus más lúcidos.

Stela.- Lo mismo nos vamos a tener que ir a Chapinería a tomarnos una cañita con entresijos y a Navacerrada a comernos un bocata de calamares en el mesón de Javi´s.

Latina.- ¡Ja, ja! Tendría gracia que comenzara la despoblación capitalina.

Stela.- Creo que has dado en la diana, el asunto está en tomarse los asuntos de política con más aire, a la española. Con unas sonrisas, sin crispaciones.

Latina.- Buena idea, abordar los temas con elocuencia y sentido del humor.

Stela.- Se debería exigir, para llegar a tal cordura, que los políticos recibieran clases de humor con aprovechamiento antes de ocupar su escaño.

Latina.- Con la que está cayendo las clase deberían ser de humor y amor.

Stela.- Bien pensado. Que nadie borre la sonrisa en un campaña electoral.

Latina.- La sonrisa es más productiva socialmente que la tensión. Me imagino una campaña cargada de ironía, sátira, sarcasmo, sin subestimar a nadie, sin burlas, con respuestas ocurrentes, jugando con el doble sentido… Con inteligencia, aunque esté mal vista últimamente.

Stela.- Sin humillaciones ni malinterpretar las palabras del oponente, sin tener que estar siempre a la defensiva y a la ofensiva, sin intentar desunir ni polarizar.

Latina.- Un tipo de humor positivo, auto afirmante y afiliativo, es decir que no sea agresivo ni destructivo. Que levante la moral y que no la apabulle. Eso ayudaría a sintonizar con el programa electoral de cada cual, ¿no es así?

Stela.- Deberíamos hacer caso a Alfred Adler, él nos decía que el mal humor o la ausencia de humor, puede ser un signo de inferioridad.

Latina.- Es cierto que los más inteligentes tienen un amplio sentido del humor, siempre alabaron el humor de Demócrito.

Stela.- Ya hay quienes se están planteando introducir el humor en las religiones.

Latina.- Fundaría un partido en cuyas listas fueran humanistas y humoristas y dejaría fuera a los mercantilistas, avaros y enfadados.

Stela.- La ironía en los momentos tensos ayudaría, pero solo se conseguiría con políticos inteligentes.

Latina.- ¿Te imaginas un mitin donde los asistentes se partieran las fauces de risa?
Stela.- Deberíamos asimilar que los interfectos burgueses mentalmente divergentes no traen alegría ni sensatez a la gobernanza.

Latina.- ¿Qué quieres decir con eso?
Stela.- Que los meta-“pedorrillos” que nos rodean no querrán entrar en el juego del humor y la inteligencia. Su libertad está carente de libertad.

Latina.- Y yo que me siento más liberada al saber que lo que llaman libertad es una tontuna más sin pies ni cabeza.

Stela.- Tú lo has dicho, sin cabeza, son las mentes vaciadas donde las dos neuronas existentes y alicaídas juegan al escondite y se pierden en el laberinto de la inconsistencia.

Latina.- Nos vamos a ejercer nuestra libertad en un banco de esta placita que han dado en llamar de La Lógica.

Stela.- ¿Y a partir del 4 de mayo…?

Latina.- El 5, y luego el 6…

Stela.- Pues te voy a decir una cosa; he castigado al tetrabrik de vino que tenía en la nevera, lo he mandado al rincón de pensar. Pretendía que agarrara una “moña”, para que no me diera un “periflus” en forma de berrinche el 5 de mayo, al conocer el escrutinio. Lo mismo se había creído que era una inconsciente. Total, solo serán dos años, si la gente vota a lo loco.

Latina.- Pon mejor, el tetrabrik en cuarentena, va más con las fechas. Y es cierto, si votan a lo cuerdo, solo será para la mitad de una legislatura.

Stela.- Cosas peores se han visto y el que no se consuela es porque no quiere… Lo importante es votar.

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