Se ha celebrado en la Asociación Valle Inclán un acto homenaje a Hans Gaertner, secretario de la Asociación entre 2016 y 2017 y vicepresidente del foro local de Chamartín, que falleció hace un año.

En el mismo se dieron cita diversos grupos con los que Hans mantuvo relación y colaboró activamente.

En primer lugar su compañera Lourdes y los dos hijos de esta  rindieron un emotivo recuerdo a Hans mediante la lectura de historias del señor Keuner de Bertolt Brecht acompañada de la interpretación al piano por Aitor García Ruíz Fuentes de piezas de Poulenc, Rachmaninoff, Chopin… que jalonaron toda la velada

Mauricio Valiente, concejal presidente de la junta  municipal de Chamartín y amigo de Hans, dijo unas palabras glosando la figura de su amigo donde unió la trayectoria de Hans de compromiso político para lograr una sociedad mejor a su talante humano y afable con el que creaba un entorno afectuoso, cálido y acogedor.

Destacó la importancia de implantar esta dimensión en los ambientes en los que se lucha y trabaja por otra sociedad más justa.

Diversas personas de la Asociación Valle Inclán, Ahora Madrid, Podemos, Izquierda Unida y otros amigos y amigas recordaron con sus intervenciones aspectos de su personalidad y la huella que ha ido dejando a través de sus relaciones y de su vida. Se leyó una poesía de Antonio Machado y un texto de Eduardo Galeano, las poesías de Blas de Otero enviadas por una socia y vecina que no pudo acudir al acto y se mencionó a la FRAVM allí presente a través de un representante

Simultáneamente se proyectaron una serie de fotografías de diferentes actividades ylugares: plaza de Prosperidad con reparto de libros, paseos en los terrenos de la o peración Chamartín, mareas, marchas de la dignidad… donde Hans había participado.

Se hizo referencia al concepto “segunda muerte” de Lacan con el significado “olvido absoluto”, recalcando que, según estaba transcurriendo el acto pleno de recuerdos, Hans estaba vivo.

El coro de la Asociación interpretó la canción de inspiración popular Signore delle cime de Bepi de Marzi, compositor italiano de 1958, con la que finalizó el entrañable homenaje.

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