Mi hijo me mira con ojos de pillo y una sonrisa mal disimulada, mientras me enseña su libro y su cuaderno de geografía. Tiene que presentar un trabajo en el colegio sobre los bosques y ríos de Europa.

Primero hojeamos el libro y repasamos los nombres geográficos y luego trazamos el mapa en el cuaderno. Dibujamos los ríos en un azul intenso y añadimos peces de varias formas y colores. Los bosques los recreamos pintando grandes árboles en un verde profundo, y árboles pequeñitos en un verde generoso, llenos de frutos que están comiendo osos, ardillas y pájaros. Así ocupamos todo el espacio blanco del mapa.

De pronto, me mira con ojos asustados porque teme no acordarse de ningún nombre. Le propongo que el día del examen use los colores, como hoy, y que dibuje y dibuje. Después cierras los ojos, le digo, y soplas muy fuerte sobre el mapa para mover las hojas de los árboles. Ellas te mandarán un viento con todas las respuestas.