Instituto Complutense de Estudios Internacionales Economía Aplicada I

Una reseña sobre la Charla contra la desigualdad que Luengo ofreció en el Centro Cultural Nicolas Salmerón.

En primer lugar, porqué el avance de la desigualdad estuvo en el origen de la crisis económica,
que fue mucho más que una perturbación financiera o el resultado de la deficiente arquitectura institucional de la zona euro. Los trabajadores compensaban con créditos el estancamiento de los salarios y los ricos bombeaban recursos a los mercados financieros
procedentes de este estancamiento salarial, en donde obtenían lucrativas ganancias.

En segundo lugar, la desigualdad ha alcanzado umbrales históricos en Europa, desconocidos en las últimas décadas. Este fuerte avance de las desigualdades responde fundamentalmente a las políticas de austeridad y a los recortes salariales, que han socializado los costes de la crisis y los han hecho recaer sobre las espaldas de las clases medias y de los grupos de población más vulnerables. Mientras se destinaban ingentes recursos a la banca.

En tercer lugar, la desigualdad introduce a las economías en un bucle sin salida: reduce la demanda interna —al retraer el consumo y debilitar la actividad inversora—, refuerza la amenaza deflacionista, mantiene la deuda pública y privada en niveles elevados y acentúa la
dependencia de nuestra economía de las exportaciones.

En cuarto lugar, la polarización social nos muestra un capitalismo, con un muy marcado perfil extractivo y confiscatorio, basado en la reducción de los salarios, la prolongación de la jornada laboral, la intensificación de los ritmos de trabajo y la transformación en negocio de parcelas del sector público.

La implementación de una política económica para construir otra economía que no despilfarre las capacidades de millones de personas en forma de desempleo necesita recursos; pues bien, una parte de esos recursos tienen que proceder de una sustancial redistribución de la renta y la riqueza en manos de los grupos que ocupan una posición de privilegio en la estructura social.

Una razón más allá de lo económico. el poder económico y el político se funden y se confunden, conformando una tupida malla de intereses y atentando contra las bases mismas de la democracia. Las élites económicas han fijado la agenda política y han dibujado con
precisión la hoja de ruta seguida por el Gobierno; han ocupado los espacios públicos y las instituciones, que han puesto al servicio de sus intereses. En este sentido, exigir más igualdad —seña de identidad de Podemos— es equivalente a reivindicarnos como ciudadanos que no renuncian a sus derechos ni dan por buena esta deriva autoritaria.

Será necesario, acordar aumentos en los salarios reales que detengan e inviertan la pérdida de participación de los ingresos salariales en la renta nacional, derogar las reformas laborales, restringir legalmente la temporalidad del empleo, elevar significativamente el salario mínimo y avanzar hacia una reducción generalizada de la jornada laboral.

Se precisa en fin un plan de emergencia que sitúe la creación de empleo decente en el corazón de la política económica.